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La juventud y la política

Hay 35 millones de jóvenes convocados a las elecciones al Parlamento Europeo, en un momento en que la ultraderecha gana adeptos

Las elecciones al Parlamento Europeo de 2024 en España se celebrarán el domingo 9 de junio de 2024.

Las elecciones al Parlamento Europeo de 2024 en España se celebrarán el domingo 9 de junio de 2024. / EFE

El tema no es banal. Entre el próximo 6 y 9 de junio, un total de 450 millones de ciudadanos de la Unión Europea (UE) estamos llamados a participar en unas elecciones cruciales para el futuro del proyecto comunitario.

Hay 35 millones de jóvenes convocados a las elecciones al Parlamento Europeo, en un momento en que la ultraderecha gana adeptos. La extrema derecha crece en gran parte de Europa apoyándose en los más jóvenes. El pasado 10 de marzo el partido conservador, Chega, logró triplicar sus votos para convertirse en la tercera fuerza en Portugal. Un tercio de sus apoyos provendría de ciudadanos de entre 18 y 34 años de edad. Este fenómeno se ha repetido con aún más fuerza en Italia con Giorgia Meloni; con Geert Wilders en Países Bajos, y con Marine Le Pen en Francia. ¿Cómo explicar tales realidades? Acudo a la opinión de tres ilustres sociólogos.

«La precariedad profesional, personal, social (...)de los/las jóvenes es el mayor obstáculo para su compromiso político» (Joaquín Estefanía). «La sociedad no para de repetirles lo mal que está el empleo, lo poco que van a ganar. Les culpabiliza de falta de esfuerzo y de llevar una buena vida comparada con la de generaciones anteriores. De tenerlo todo. Pero casi la mitad de los jóvenes españoles vive una situación vital de ansiedad, desánimo y pesimismo porque no ve futuro» (Susana Pérez de Pablos). «Los problemas psicológicos afectan a cuatro de cada diez personas de entre 15 y 29 años, y la ansiedad es el trastorno más generalizado. La juventud frente a la política está desenganchada, escéptica, alternativa, ¿o las tres cosas a la vez?» (Jorge Benedicto).

Y es precisamente en el mensaje social donde hay que poner el foco de la situación, según los expertos en salud mental. Si a esto se añaden los cambios brutales que ha desencadenado la última revolución tecnológica, aparece otro ingrediente en la mesa, la incomprensión que siente la juventud y los reproches que recibe por usar demasiado las pantallas. Pero la realidad es que su mundo es ya diferente, también lo son su forma de comunicarse y de vivir, que seguirá cambiando con inteligencia artificial.

El último Barómetro de FAD sobre Salud y Bienestar, realizado hace un año entre jóvenes de 15 a 29 años, corrobora este diagnóstico. «La mayoría de los niveles de estrés siempre se relacionan con el trabajo, los estudios y la situación general de crisis».

La conclusión general es que alrededor del 40% de los jóvenes está teniendo ya síntomas negativos de forma muy frecuente, como falta de energía (46,2%), tristeza (44,2%), problemas para concentrarse (44,9%), miedo ante el futuro (42,7%), falta de interés por hacer las cosas (40,7%) y problemas para dormir. (39,2%). Además, aunque la situación con respecto a los trastornos de salud mental graves ha mejorado un poco desde el final de la pandemia, no así la ansiedad, que sigue en aumento, también según datos de FAD Juventud

Tiempo y ocasión habrá para describir la percepción que tienen los/las jóvenes en referencia a los modos y contenidos del que hacer «política».

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