Opinión | Entrebancs

La clase media sigue siendo objeto de deseo electoral

Hablamos de una mayoría social, con frecuencia silenciosa, pero que puede dar y quitar mayorías políticas, y que se convierte en objeto de oscuros deseos

Iniciado el proceso electoral quien más quien menos pretende seducir a lo que de una manera imprecisa se han denominado «clases medias». Se trata de unos amplios colectivos, no necesariamente homogéneos, de contextos urbanos, de profesiones y ocupaciones múltiples y diversas, de difícil catalogación ideológica, enrollados de manera prioritaria en sus quehaceres y necesidades próximas. Hablamos de una mayoría social, con frecuencia silenciosa, pero que puede dar y quitar mayorías políticas, y que se convierte en objeto de oscuros deseos de las diversas organizaciones políticas que, ¡no faltaría más!, se autodefinen como de centro-derecha, de centro-izquierda o transversales, independientemente de cuál sea su real naturaleza.

Con el boom turístico se produjo un cambio radical en nuestros modos de vivir. Dejamos de estar «aislados» en un tiempo y espacio en concreto, para tener que «abrirnos» con mayor o menor éxito a un tiempo y espacio global. Cambiamos de modelo social rompiendo con los tintes feudales. Aparece un modelo social abierto con una burguesía pujante, y nuevas subclases medias. Dominaba un optimismo casi antropológico al observar y comprobar que eran posibles «ascensos sociales» relevantes relacionados con las dos actividades «claves», el turismo y la construcción.

Con la crisis política y socioeconómica tal modelo entró en dificultades. La sociedad se polariza, la clase media (la vieja y la nueva) se resquebraja, instalándonos en una significativa inestabilidad personal, familiar, profesional… Nuestro modelo social pierde su carácter inclusivo y transversal e impone riesgos de exclusión, que afecta especialmente a las generaciones jóvenes con un mercado laboral donde la norma es la movilidad y la inestabilidad. Mientras se evaporan sus expectativas personales, profesionales, familiares... Y desgraciadamente la pretendida «superación»(?) de la crisis, aún reconociendo ciertas mejoras, sigue sin alcanzar a las microeconomías, incluida la clase media.

¿Cuál será la actitud de nuestra clase media en las ya próximas elecciones? Un 35% ya tiene decidido a quién votará, mientras un 20% votará aunque no sabe a quién, y un 20% hoy se abstendría. ¿Quiénes desearían que obtuvieran la victoria?, y ¿quiénes creen que sean los vencedores? Según la mayoría de analistas una participación relevante beneficiaría al bloque progresista. No nos referimos al partido más votado, sino a la coalición que obtenga una mayoría parlamentaria y en consecuencia formar gobierno de coalición. A un 30% les agradaría una victoria progresista, y a un 24% una mayoría de centro derecha (PP/Vox). Se perfilan tendencias. La reactivación del voto indeciso puede resultar decisiva.

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