Opinión | Entrebancs

Las nuevas encrucijadas electorales

Además de afrontar la Amnistía (si/no, a quienes, cuando/ como) y concluir la investigación de las contrataciones de material sanitario, nos restan nuevas encrucijadas electorales cuya solución pueden afectar de modos diversos a tres Comunidades Autonómicas Galicia (celebradas el pasado 18 febrero), Euskadi (21 abril), y Catalunya (12 Mayo). Sin pasar por alto las elecciones europeas que tendrán lugar entre el 6 y el 9 de junio de este año, en todos los Estados miembros de la Unión Europea, para elegir a los diputados que conformarán un nuevo Parlamento Europeo donde se juega nuestro presente y futuro político, progreso económico y social...

Los resultados de las recientes elecciones en Galicia, han sido a la vez claros y complejos. El PP ha obtenido unos buenos resultados. El Presidente Nacional, Feijóo, planteó una campaña electoral permanente e intensa más allá de la clara victoria de los Populares en Galicia Su argumentación iba a reconfirmar su liderazgo interno con un objetivo de mayor alcance: eliminar el sanchismo, romper la mayoría, plural y diversa del Congreso de diputados que apoya el gobierno de coalición de talante progresista; y, a su vez, «gestionar» la mayoría de PP y de Vox en el Senado que como mínimo pueda retrasar las iniciativas y leyes aprobadas por el Congreso de Diputados.

El presente y futuro de Euskadi y Catalunya, con sus consecuencias, pueden ser muy diversos. Según diversos sondeos electorales en el País Vasco se juegan el liderazgo el PNV, BILDU, seguido de los socialistas (PSE), con probabilidad de repetirse un gobierno plural. En Catalunya los resultados pueden ser más complejos. O victoria de los independistas seguidores del Procés, liderados (¿) por Puigdemont; o la coalición de los socialistas (PSC) con ERC. La segunda posibilidad es más probable, simplemente por un cierto agotamiento ciudadano de las estrategias rupturistas.

Si tales perspectivas se cumplieran es muy probable el seguimiento de un gobierno de coalición fundamentado en una mayoría plural y diversa que a su vez puede tener influencia en determinadas decisiones y gestiones. El presente y futuro dependen de nuestra participación activa en el desarrollo progresista de la UE, más allá de planteamientos regresivos.

Ante las tendencias de fragmentación y diversificación de las representaciones parlamentarias, hay que apostar por las políticas de encuentro y los pactos entre diferentes, con el correspondiente esfuerzo por los entendimientos programáticos.

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