Opinión
Chiringuitos de interés general
Una pareja pasea por la playa de es Trenc, en Campos. / Redacción Digital
Leo con auténtico horror que el Govern considera los chiringuitos «puntos de encuentro social y turístico». Y que en aras de ese eufemístico interés general está dispuesto a estudiar todas las fórmulas para que en la Platja de Muro estos negocios de restauración sobre la arena puedan contar con una auténtica terraza privada en condiciones que se imponga sobre la molesta línea de dominio público, que es en realidad la frontera que debería defender el Govern con todas sus fuerzas si tuviera un poco de vergüenza, porque representa los intereses de todos los ciudadanos y no los de unos pocos.
Que el Ayuntamiento de Campos, ahora que el Govern del Pacto ya no defiende el más preciado tesoro natural del municipio, ha interpuesto un recurso contencioso contra el Plan de Ordenación de Recursos Naturales del Parque Natural de Es Trenc para volver a levantar los seis chiringuitos de obra con su correspondientes terrazas, demolidos en 2022 para salvar el arenal de la galopante degradación a la que estaba sometido. No solo por los chiringuitos que fragmentaban su sistema dunar, uno de los últimos completos de Mallorca, sino también por los fondeos incontrolados y por una ocupación en verano excesiva de más de ocho mil personas diarias, lo que todavía se mantiene pese a su nivel de protección.
Uno de los antiguos chiringuitos de la playa de es Trenc / Tomeu Obrador
Y que paralelamente, la conselleria de Medio Natural tiene pendiente la revisión de todos los planes de ordenación de recursos naturales de las áreas protegidas de Baleares para cambiar las restricciones de uso establecidas, léase aquí más chiringuitos, pero también fondeos, golondrinas de amarre y paella regada con sangría para doscientos y mucho catamarán Attraction con megáfono a la puesta de sol. Es el modelo de los años 60 para la Mallorca sobresaturada de hoy.
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