Opinión

Llamarse guapo a sí mismo

Un momento. ¡Un momento, un momento, un momento! Para. ¿Me estás diciendo que Ferraz tiene contratada (con dinero público) a una tuitera que, bajo el seudónimo de Mr. Handsome, se dedica a loar y glorificar a Pedro Sánchez en perpetua celebración de su insuperable belleza? Sí. Te lo estoy diciendo. Lo desvelaba este sábado la periodista Ketty Garat. Pausa. Vamos a parar un momento para recoger los pedazos de nuestra mandíbula. Vamos a respirar.

En internet es un vicio habitual que la gente que hace algo construya perfiles falsos para darse bombo. Hay escritorcillos con multicuentas en Goodreads y Amazon para colmar de puntuaciones positivas sus propios libros. Hay empresarios que compran paquetes de buenas reseñas para convertir sus negocietes en bares, hoteles y restaurantes aclamados por crítica y público. Hay productoras que ponen por las nubes sus películas con cuentas falsas de Twitter. Y por encima de todo hay, en general, una histeria colectiva desatada por el afán de validación social.

Veo estos días el estupendo corto documental de Gala Hernández, que le ha valido el premio Cesar en Francia. Habla de los incel, solteros involuntarios, hombres jóvenes heridos por el fracaso sexual, por el implacable desprecio de todas las mujeres del planeta, y lo hace desde un punto de vista infrecuente en una feminista: desde la empatía y la compasión hacia el chico feo y solitario que, en su aislamiento, enloquece. Escribiré en largo sobre esta joya parida con sutileza y sensibilidad, pero señalo ahora un nimio detalle: en la ideología de los incel, Pedro Sánchez sería un chad, es decir, el macho alfa que devora las cosechas y provoca la hambruna sexual de los normalillos.

Bien: de pronto sabemos que el chad hace trampas. ¿Qué necesidad tiene Sánchez de pagar a una tuitera para que lo llame guapo hasta seis veces en un solo día? ¿Cuán inmenso ha de ser el vacío que el narcisismo abre en mitad de un hombre para que, pese a ser considerado atractivo hasta por sus enemigos, termine sufragando con dinero del contribuyente una cuenta de Twitter que ensalza su belleza?

Repaso alucinado la actividad de MrHandsome (@pdrsnche) sabiendo quién lo paga y me instalo en la duda hechizada, en la melancolía. Si todos esos piropos se los está echado a sí mismo, ¿cuánto vacío, cuánta hambre, cuánta banalidad anida ahí? Algún día nos tendrán que decir que todo esto ha sido un sueño.

Suscríbete para seguir leyendo