TRIBUNA

No es la inquisición del Sr. Aguiló

Nada más triste para la condición humana que ver a gran parte de un pueblo, el hebreo, que se considera una nación y que sufrió un genocidio por la Alemania nazi tomar su relevo y convertirse en un maltratador y verdugo del pueblo palestino al amparo de una política sionista inhumana y suicida

Edificio destruido por bombardeos israelíes en la ciudad de Gaza

Edificio destruido por bombardeos israelíes en la ciudad de Gaza / Mohammed Ali / Xinhua News / Contactophoto

Jon Kobeaga

El artículo de D. Ramón Aguiló publicado en este diario con el título de La inquisición resucita en Mallorca puede resumirse en la triste dinámica existente en el maltrato de género en que el maltratador siempre proyecta en la víctima la responsabilidad de la causa de la violencia ejercida sobre ésta. Nada más triste para la condición humana que ver a gran parte de un pueblo, el hebreo, que se considera una nación y que sufrió un genocidio por la Alemania nazi tomar su relevo y convertirse en un maltratador y verdugo del pueblo palestino al amparo de una política sionista inhumana y suicida y bajo tutela de las grandes potencias de occidente.

Refaat Alareer, poeta y académico palestino, Sufian Tayeh, presidente de la Univesridad islámica de Gaza, profesor e investigador de física teórica y matemáticas, ambos muertos junto con sus familias en bombardeos del ejército israelí en Gaza en diciembre pasado. Como otros miles de niños y personas palestinas. Una población sometida al bombardeo sistemático, a la muerte, a la carencia de alimentos, de medicinas, a la indigencia, las ansiedades y las angustias.

En su último poema, viendo cercana la inevitable muerte el Sr Alareer escribió : «Si debo morir tu debes vivir para contar mi historia… si debo morir que traiga esperanza, que sea un cuento». De vivir yo en Gaza habría ya muerto por falta de medicinas. Ante este panorama desolador cabe valorar a todas las personas, colectivos y países que defienden hoy día al pueblo palestino en esta tragedia y que diariamente recuerdan el cuento de Rafaet Alareer para transmitir esperanza y mantenerlo de este modo vivo a él y a su pueblo .