El móvil y la lectura

El Diario de Mallorca, publicó en portada el pasado día 12, un titular que me produjo un cierto alivio ante un problema que nos preocupa, el titular era, «Vuelta al cole sin teléfonos móviles», «aumenta el número de centros que prohíben su uso en el aula». Reconozco que soy beligerante ante la actual y pandémica adicción al móvil, me crispa ver que la gente está abducida por este sometimiento. Se manifiesta en un uso desmesurado del ingenio para comunicar y en una actitud de hipervigilancia por si llega algún mensaje que le pueda concernir, que seguramente no, pero que en cualquier caso no pueden evitar consultar. Al ser dependientes de este ciberacoso seguro que se pierden algo, por lo menos la vida que existe a su alrededor. Contaba un articulista de La Vanguardia, Ignacio Orovio, a quien no conozco, ni como periodista, en una estrecha columna, el caso de un desalentado profesor de periodismo que cuando empezó el curso se encontró en el aula con unos veinte alumnos, -futuros periodistas-, que no prestaban atención a sus intervenciones, todos estaban abstraídos con sus respectivos smartphone y sus explicaciones no les despertaban la más mínima curiosidad. El profesor, responsable, les iba informando de que el curso constaba de quince sesiones sobre periodismo de investigación, de otras materias que se tratarían, cual era el objetivo de estas clases, libros que debían de leer, el sistema por el que serían evaluados, etc… La mayoría no levantó la cabeza ni la mirada del smartphone. Para mayor sorpresa del consternado docente, al terminar la exposición no hubo preguntas, y ¡se trataba de futuros periodistas! Al finalizar la clase e insistir sobre las lecturas recomendadas, algunos preguntaron que de cuantas páginas constaban estos textos y otros buscaron la respuesta en el artilugio. El docente, además de desmoralizarse, llegó a la conclusión de que el móvil destruiría el futuro de unos estudiantes secuestrados por Instagram o Facebook y cualquier otra red.

También he leído un informe sobre la vida en las cárceles y para mi asombro se explica que algunos presidiarios, cada vez más, -dado que el tiempo allí no pasa para ellos o lo hace muy lentamente-, se apuntan a la lectura como forma de mantenerse activos. Uno de ellos manifiesta, en este informe, que se inició en la lectura porque quería que su vida, en aquel lugar, transcurriese de forma más rápida. Durante un año llegó a leer 225 títulos. La Ley Orgánica Penitenciaria obliga a habilitar una biblioteca en todas las cárceles, y algunas de estas prisiones, supongo que las más grandes y mejor dotadas de personal, cuentan con un dinamizador de la lectura. En estos momentos un 10% de la población reclusa utiliza este servicio y algunos de los libros más demandados son, Los Pilares de la Tierra de Ken Follet, Alatriste de Pérez- Reverte, El Cementerio de los animales de Stephen King…. Alguno ha solicitado La Divina Comedia de Dante Alighieri, escrita en el S. XIV y considerada una de las obras maestras de la literatura italiana y universal. Seguramente la descripción del infierno, el purgatorio y el paraíso, les debe de aportar además de entretenimiento alguna esperanza. También se piden libros sobre religión y sobre filosofía. El libro para ellos seguro que es como abrir una ventana al exterior. ¿Por qué nuestros jóvenes se resisten a abrir esta ventana? ¿Y por qué no dejar durante un rato al día el Smartphone y hablar, hacer deporte, leer? Indudablemente los padres tienen responsabilidad y ¿los docentes?

Debemos reconocer que el mundo de la información es claramente de las plataformas digitales, estas dominan con sus pantallas, pero el mundo del conocimiento sigue estando en el papel impreso. Hay que entrar en las bibliotecas, en las librerías, en los kioscos y comprar la prensa, los libros nos dan la oportunidad de conocer, estudiar y reflexionar, el saber, el conocimiento, es además de un placer inteligente, -no dopamínico- estimula la capacidad cognitiva, mejora la concentración y la autoestima. Bill Gates cuenta que se aísla regularmente en su casa de campo, -para no ser importunado-, durante unos días, solamente para leer. El Libro, el ensayo, el artículo son sólidos, lo otro es simplemente viral y virtual. El Fórum Edita ha dado buenas noticias, el sector editorial ha mejorado en los últimos tres años. La empresa Amazon, que fundó Jeff Bezos, también GPT y algunas redes sociales chinas, han apoyado al Fórum Edita. No todo está perdido.

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