Mujeres en el mundo ‘tech’, avanzar o retroceder

Yolanda Román

Yolanda Román

Como todo lo importante, la igualdad es una idea compleja. Aunque inspiradora, a veces divide. Una pena. Es fácil enzarzarse con las grandes aspiraciones, son etéreas y podemos arrojarlas contra el otro porque en el fondo sabemos que no le pueden hacer daño. Golpear con una gran pretensión, a saber, la justicia, la libertad, la patria, es golpear con la nada. Batallas dialécticas con espadas de papel. Lo mejor que se puede hacer con las grandes ideas es trocearlas en cuestiones concretas que afectan a personas concretas en lugares concretos. Poner la lupa del análisis y la voluntad de la acción al servicio de explicar, solucionar y avanzar en temas concretos. Porque el riesgo más grande de pelear con las grandes ideas es que no sirva para nada. Y no solo no avanzar, sino incluso retroceder.

En el ámbito de la tecnología hay un evidente problema de falta de representación de mujeres y de diversidad. Es un diagnóstico ampliamente compartido que se necesitan más mujeres en el mundo tecnológico; más emprendedoras, más presidentas de compañías, más desarrolladoras, más investigadoras. Al igual que en otros sectores, parece una reclamación sensata que haya más paridad en el mundo de la tecnología. Por justicia y porque además la falta de diversidad en este ámbito tiene implicaciones ampliamente denunciadas, como el sesgo o distorsiones sociales de los algoritmos y, en general, de los sistemas de inteligencia artificial y aprendizaje automático.

Uno de los temas concretos que más llaman la atención cuando se aborda el problema de la desigualdad en el mundo tech es el bajo porcentaje de mujeres en carreras de ciencias, como matemáticas o ingenierías, las llamadas disciplinas STEM, por sus siglas en inglés. En términos globales, las estudiantes de carreras científicas y las investigadoras en ciencia y tecnología representarían alrededor del 30%. En España, alrededor del 15% de los estudiantes de carreras TIC son mujeres, por debajo de la media europea, y ha bajado significativamente el porcentaje de estudiantes mujeres en las facultades de Ingeniería Informática en los últimos años. Hay datos que confirman en este sentido la falta de representación y el creciente desinterés de las mujeres por los estudios y la investigación científica.

Es urgente saber por qué. Apunta chatGPT algunas causas o barreras como la falta de referentes, la escasa información y los estereotipos de género. Pero también hay casos en los que se dispone de la información y ciertamente de la capacidad, pero falta la ambición. Es importante entender esta clave. ¿Por qué muchas mujeres inteligentes y capaces no quieren desarrollarse en el mundo científico-tecnológico? Urge una encuesta completa y estudios que nos ayuden a entender esto en toda su complejidad, aunque quizás no nos guste lo que descubramos.

Cuando la desigualdad es un problema, la igualdad no debería ser objeto de grandes debates. Tenemos que ponernos de acuerdo para analizar señales concretas y buscar soluciones para poder avanzar y, sobre todo, para no retroceder.

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