Tribuna

Ahora toca el cuaderno digital

Fernando Fernández Such

Fernando Fernández Such

Son las ocho de la tarde y estoy en una charla sobre la nueva PAC en Ariany. Una iniciativa de la Mesa Agraria con la colaboración del Ayuntamiento. Cerca de 70 personas de todas las edades y todo va más o menos bien, hasta que llegamos al tema del «Cuaderno Digital de Explotación». Era evidente que los asistentes sabían de este nuevo requisito, pero sus caras de horror y enfado eran un verdadero poema. No les culpo. Soy consciente de las dificultades de la herramienta que se suman al hartazgo que existe por la burocracia excesiva.

Les explico. Actualmente los agricultores llevan un cuaderno de explotación físico o en papel, donde anotan toda una serie de informaciones obligatorias. Con la nueva PAC, el cuaderno de explotación agrícola pasará a ser digital a través de una aplicación o un programa de gestión de datos. Si bien inicialmente se registrará la información sobre sus cultivos y el uso que hacen de los distintos productos fitosanitarios o fertilizantes y otras medidas ambientales, poco a poco se ampliará la información obligatoria. La idea es que en el cuaderno digital se lleve un control completo del manejo de la explotación. Los agricultores jóvenes, acostumbrados a manejar apps en sus móviles que les controlan el riego, la fertilización o la carga ganadera por finca de sus vacas, ven positivo el cuaderno digital porque facilita la vida del productor e incluso mejora la rentabilidad con un ahorro de costes. Hay empresas y cooperativas agrarias en Baleares que trabajan desde hace tiempo en proyectos de tratamiento de datos con herramientas digitales y que han descubierto las oportunidades de la digitalización. Hay un camino potencialmente positivo.

La medida está contemplada en el RD que regula el Sistema de Información de Explotaciones Agrícolas (SIEX). En el decreto se fija el contenido mínimo del cuaderno digital, el papel de las distintas autoridades competentes, los procedimientos de cumplimentación, la puesta a disposición de las herramientas informáticas y la interoperabilidad con las herramientas comerciales. Las explotaciones agrarias podrán acceder al cuaderno digital por tres vías. Las administraciones agrarias ofreceremos un cuaderno digital totalmente gratuito y público. La mayor parte de las Comunidades Autónomas nos hemos sumado al encargo realizado a la empresa pública TRAGSATEC, que lleva un año trabajando y en breve estará disponible. En segundo lugar, las organizaciones agrarias y las cooperativas pueden desarrollar sus propios modelos de cuaderno digital y ofrecerlo a sus afiliados. Así lo ha hecho por ejemplo Cooperativas Agroalimentarias de España, que, justo antes de Navidad, presentó su cuaderno en Baleares. Es un cuaderno digital muy bien trabajado y muy intuitivo en su diseño. La tercera vía la han puesto en marcha las entidades financieras y otras empresas del sector, que lo ofrecen como aplicación a los agricultores y agricultoras normalmente por un precio inicial de contratación y una cuota mensual de mantenimiento.

El principal problema es si el campo está preparado para esta medida. Es verdad que tenemos agricultores jóvenes acostumbrados a manejar las nuevas tecnologías y empresas agrarias que tienen incorporada la digitalización más de lo que pensamos. Pero tenemos un porcentaje elevado de agricultores muy mayores y otros con escasa formación telemática, para los que la digitalización es un verdadero quebradero de cabeza y se puede convertir en una barrera. Por lo pronto su obligatoriedad se ha retrasado ocho meses. El 1 de septiembre de 2023 entrará en vigor para las explotaciones más grandes y a partir del 1 de septiembre de 2024 para las explotaciones de menos de 30 hectáreas de cultivos herbáceos, 10 hectáreas de leñosos o 5 hectáreas de regadío. Hemos ganado un año de transición. La clave estará en un asesoramiento casi individualizado y quien está mejor posicionado para ofrecerlo son las mismas organizaciones agrarias y las cooperativas. La clave es que los agricultores se vayan familiarizando poco a poco hasta coger la rutina de introducir los datos casi a diario y aprender a interpretarlos. Es probable que estemos ante el mayor cambio cultura del sector de los últimos 50 años.