Canadá deja a EEUU sin el consuelo del bronce y eleva su frustración

Canadá mostró más deseo y ganas que Estados Unidos en la batalla por el bronce del Mundial. Para la selección del badalonés Jordi Fernández, que sigue elevando su cotización, es la primera medalla de toda su historia y una  excelente recompensa por el trabajo en el campeonato, con victorias sobre Francia, España o la Eslovenia de Doncic. Al equipo de Steve Kerr solo le servía el oro. La derrota frente a su vecino del norte en la prórroga solo hace que elevar su frustración (118-127).

El torneo de Filipinas no estará, desde luego, entre los grandes recuerdos de la USA Basketball. Acudía con una única misión: reconquistar la corona de campeón. Pero se estrelló, contra pronóstico, y con todas las de la ley, en la semifinal frente a Alemania. Y ni siquiera pudo darse el consuelo del tercer puesto, lo que es la primera vez que pasa desde que recluta a jugadores NBA. En las cuatro ocasiones que había jugado por el bronce, fue suyo. Para más inri, ni Brandon Ingram, Paolo Banchero ni Jaren Jackson se vistieron de corto. Baja por enfermedad, informó la federación.  

El héroe inesperado del encuentro fue Dillon Brooks, despedido con gritos de ¡MVP, MVP! (¿quién lo hubiera dicho hace unos días?), con permiso de Gilgeous-Alexander, enorme todo el encuentro (31 puntos) y, especialmente en la prórroga. Quizás harto de asumir el papel de villano durante todo el torneo, Brooks modificó el reparto y se quedó con el de protagonista, aunque Anthony Edwards (24 puntos) se lo discutió durante muchos minutos y también Mikal Bridges que, a falta de cuatro segundos, con cuatro abajo (107-111) anotó un un tiro libre, fallo el siguiente, él mismo recuperó el rebote y anotó un triple estratosférico para forzar la prórroga. Olynyk lo intentó en las últimas seis décimas, pero su triple lo escupió el aro.

De villano a 'killer'

Fue una velada para lucirse y todos pusieron ganas. Aunque Brooks fue quien más lo aprovechó para lucirse frente a sus compañeros en la NBA y lanzar el mensaje de que es más que un especialista defensivo malcarado (sí, ese rol que tan mala fama le ha reportado) y de que puede convertirse en un 'killer' letal si le dan la oportunidad. Vaya recital dio desde que pisó el parquet.

Se fue hasta los 21 puntos al descanso. A 39 al final, su récord personal. Anotó sus seis primeros triples sin fallo y acabó con 7 de 8 en total, para regocijo de los Houston Rockets que lo han incorporado este verano procedente de los Memphis Grizzlies, que seguramente le echarán de menos, aunque solo sea por la intensidad y energía que transmite cuando está en pista.

Estados Unidos entró en el partido como no le fuera nada en el encuentro, pero fue calentándose conforme avanzaba el partido y decidió que había que pelearlo, aunque solo fuera por orgullo. Edwards se encargó de tirar de sus compañeros, pero también aparecieron Reaves y Bridges en la segunda mitad, mientras Brooks ,Gilgeous-Alexander y, por momentos, Barrett elevaron también la tensión de un partido que contó con acciones brillantes, contrataques, triples, algún mate muy al estilo de la NBA, (también con el cruce de cables final de Porter, eliminado por su segunda antideportiva) para disfrute del público del Mall of Asia Arena, que se lo pasó bomba con el espectáculo de las estrellas norteamericanas.