Los proyectos de nuevas viviendas vuelven a crecer en Mallorca tras dos años en caída

Tras dos años en caída, los proyectos para la edificación de nuevas viviendas vuelven a crecer en Mallorca, y además lo hacen con especial fuerza en el caso de las ‘menos caras’, es decir, las plurifamiliares, según los datos del primer trimestre de este año facilitados por el Colegio Oficial de Aparejadores de la isla. Este primer avance respecto a la situación de 2024 hace que el presidente del citado organismo, Luis Alfonso de León, albergue esperanzas de que el balance final del presente ejercicio sea positivo, ayudado por las medidas que ha ido impulsando el Govern y por los fondos europeos.

El incremento que se ha registrado durante el primer trimestre de 2024 respecto al mismo periodo de 2023 se cifra en un 7,3%. Durante los tres primeros meses de este año se han visado en Mallorca proyectos para la edificación de 485 viviendas, cuando a principios de 2023 esta cifra se limitó a 452, rompiendo así la citada evolución a la baja iniciada en 2022, y que venía disparando todas las señales de alarma al esgrimir tanto aparejadores como arquitectos o promotores que la construcción de nuevas residencias se estaba situando en unos niveles mínimos incapaces de cubrir las necesidades de la población de las islas.

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Más plurifamiliares

Pero dentro de este número global, hay capítulos que el presidente del citado colegio valora especialmente. El más importante es que dentro de este crecimiento, el impulso más notable se ha dado en los proyectos para la construcción de edificios de pisos, es decir, de los plurifamiliares, el producto que sale al mercado con un precio menos elevado.

Durante los tres primeros meses de este año, la cifra de plurifamiliares visados ha sido de 190, dejando atrás los 151 registrados durante el primer trimestre de 2023, lo que supone un alza del 25,8%.

En el caso de los unifamiliares (el producto más caro), la evolución también es alcista, al tiempo que se sitúa como el tipo de inmueble con el mayor número de proyectos. Los 219 chalés visados entre enero y marzo del presente ejercicio quedan por encima de los 197 contabilizados durante el mismo periodo de 2023, con un crecimiento del 11,1%. Hay que recordar que estas viviendas concentran un elevado porcentaje de compradores extranjeros.

El dato negativo corresponde a los adosados. Las 76 unidades visadas durante los tres primeros meses del presente ejercicio muestran una caída del 26,9% en relación a las 104 del mismo periodo de 2023.

Matices menos positivos

Con carácter general, desde el Colegio de Aparejadores de Mallorca se pone en valor la evolución al alza con la que se ha iniciado el presente año, pese a insistir su presidente en que las cifras de nuevos proyectos de viviendas siguen siendo muy bajas frente a la demanda existente en la isla.

Pero hay otro elemento que oscurece el cambio de tendencia que se percibe en la entrada de 2024, y es que la inmensa mayoría de los inmuebles que van a salir al mercado van a tener un precio que va a quedar lejos del alcance de las familias de clase media.

Luis Alfonso de León pone de relieve que la superficie media de los unifamiliares visados durante los tres primeros meses de 2024 ha sido de 294 metros cuadrados, mientras que en el caso de los adosados se ha situado en los 154 metros cuadrados. El problema es que en los plurifamiliares, ésta ha sido de 122 metros que, restando un 10% de zonas comunes, se queda en torno a los 110 metros cuadrados, unos pisos con un tamaño muy superior al estándar, que se mueve entre los 70 y los 80 metros, y que casi duplica uno de los tipos con más demanda actualmente, como es el de una o dos habitaciones que se suele mover entre los 50 y los 70 metros cuadrados.

Eso implica que las viviendas plurifamiliares que se están proyectando en estos momentos corresponden mayoritariamente al segmento del precio elevado, lo que implica que no van a paliar el problema de acceso a una residencia que existe en Mallorca.

Necesidad de más suelo

En opinión del presidente de los aparejadores, la solución a este último obstáculo pasa necesariamente por aumentar el suelo disponible para elevarla oferta y, debido a la competencia, impulsar un descenso en el valor de los escasos solares urbanos que hay en el mercado. Eso supone impulsar los terrenos urbanizables pendientes de desarrollar (una demanda reiterada igualmente por el presidente de la asociación balear de promotores, Luis Martín), pero a ello añade la posibilidad, para casos puntuales como podría ser la vivienda para jóvenes, de recalificar suelo rústico.

En cualquier caso, el representante de los aparejadores se muestra convencido de que la nueva tendencia alcista se va a mantener a lo largo del año, ayudada porque a mediados del presente ejercicio se espera que comiencen a verse los primeros efectos de las medidas aprobadas por el Govern, a lo que se suma las ayudas europeas destinadas a vivienda social.

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