El funcionario de Urbanismo de Cort acusado en la trama de sobornos: “Jamás beneficié al señor Pascual”

Seis policías locales de Palma encausados niegan haber dado un trato de favor a los locales del empresario Miguel Pascual en s’Arenal

Los agentes rechazan haber obtenido servicios sexuales y consumiciones gratuitas

Varios de los acusados, durante la vista oral en la sección primera de la Audiencia de Palma.

Varios de los acusados, durante la vista oral en la sección primera de la Audiencia de Palma. / B. Ramon

B. Palau

B. Palau

El funcionario del área de Urbanismo del Ayuntamiento de Palma acusado en la trama de sobornos de s’Arenal ha rechazado hoy de forma tajante haber dado un trato de favor al empresario Miguel Pascual Bibiloni a cambio de servicios sexuales y consumiciones gratuitas. “Jamás beneficié al señor Pascual, nunca jamás le he beneficiado”, ha recalcado durante la segunda sesión del juicio que se celebra en la Audiencia de Palma contra nueve policías locales de la ciudad, el conocido empresario de s’Arenal y el funcionario de Cort por cohecho.

El sospechoso, que en 2011 se jubiló, ha explicado que era el jefe de servicio del departamento de licencias de obras en el Ayuntamiento. Según su versión, en 2006 fue cuando tuvo la última participación en un expediente municipal referido a Pascual. El hombre, que solo ha respondido a su abogado defensor, ha negado los sobornos: “No he recibido consumiciones gratis”.

El antiguo funcionario de Cort ha indicado que no conocía al resto de policías encausados y que al empresario Miguel Pascual se lo presentaron en una ocasión a través de un amigo. El acusado se ha referido a los cuatro expedientes municipales de obras en los que intervino en los años 2000 y 2006 relativos al Overbayern y el Bierkonig, dos negocios de Pascual en la Playa de Palma. “En uno de ellos se le requiere al señor Pascual para que pague” por la gestión de residuos. “No hay ningún beneficio para Pascual, al contario, es para que pague”, ha aclarado. Mientras, otro de ellos es una orden de demolición de una pared porque se comunica que no se ajusta a la normativa y otro es por otro elemento que no cumplía con la ordenanza, según ha detallado.

Interrogatorio a seis policías

Antes de su declaración, ha sido el turno de seis policías locales de Palma. Todos ellos han negado el trato de favor a los locales de Miguel Pascual, así como haber recibido a cambio servicios sexuales y consumiciones gratuitas entre los años 2007 y 2015. También han descartado haber avisado a estos negocios cuando se iban a llevar a cabo inspecciones, ya que han dicho que ni ellos lo sabían. La Fiscalía Anticorrupción reclama para cada uno sendas penas de cuatro años y medio de prisión por un delito de cohecho pasivo continuado.

Un subinspector del Grupo de Actuación Preventiva (GAP) de la Policía Local de Palma, que ha declarado tanto al fiscal como a los abogados defensores, ha indicado que en esa época no sabía que hubiera problemas de seguridad con el Bierkonig. Según su versión, cuando le llegó un escrito de varios agentes que relataban la problemática con este local que no disponía de seguridad privada lo remitió a la Policía Nacional, que es el cuerpo de seguridad que tiene competencias en esta materia, y también a la Patrulla Verde. “En aquella época otros locales de la zona no tenían seguridad privada”, ha recordado. El acusado ha subrayado que en esas fechas él no sabía que alguien de su unidad trabajaba de seguridad privada: “Yo no tenía conocimiento”.

El subinspector ha confirmado que el GAP hacía puntos fijos en varias zonas como el Megapark, la calle del Jamón y la calle de la Cerveza, porque eran las más conflictivas, con mayor volumen de personas y más índice delictivo. “Nosotros reforzábamos la seguridad según las circunstancias, por ejemplo, por el mundial de fútbol”, ha señalado. Otros agentes han corroborado su versión y han apuntado que no solo el GAP se apostaba en determinadas zonas, sino también otras unidades policiales tanto de la Policía Local de Palma como la Policía Nacional.

No conoce a Miguel Pascual

El encausado ha manifestado que no conocía al empresario Miguel Pascual y, por tanto, no tenía ninguna relación con él. El policía ha reconocido que el grupo GAP 2 tenía muy mala relación con el GAP 4. “La relación con el subinspector del GAP 4 era de enemistad”, ha asegurado. “Mi grupo del GAP 2 tendría que estar entero aquí. Aquí falta gente. Yo no salía a patrullar con los del GAP 4. Ellos no sabían lo que hacíamos los del GAP 2”, ha puntualizado. El que fuera oficial en el GAP 2 también ha negado los sobornos: “Yo nunca dejé de pagar las consumiciones. Y delante de mí, ningún policía dejó de pagar sus consumiciones”, ha destacado. “En los diez años que estuve en el GAP no recuerdo haber trabajado con la Inspección de Trabajo, no lo recuerdo”, ha concluido.

Otro policía local, que estuvo en el GAP 3 como oficial durante poco más de un año hasta que su nombre apareció en la investigación del caso de los Ángeles del Infierno, ha manifestado que él no sabía cuándo se inspeccionaban los locales: “No he puesto nunca una denuncia ni un acta a un local. No he avisado ni lo haría nunca de las inspecciones en locales. No dormiría tranquilo”. El encausado ha añadido: “No estamos a sueldo de los empresarios. Es muy fácil crear tramas”. El oficial ha confirmado que no ha dejado de pagar nunca. “No di órdenes para beneficiar a los locales de Pascual ni de ninguno. La mayor competencia de Pascual es Cursach. Yo estoy en todas las tramas. También fui acusado de beneficiar a Cursach”, ha asegurado, al tiempo que criticaba la investigación.

Un agente interino del GAP 2 ha negado los cargos ante el tribunal de la sección primera y ha señalado que todos los acusados en este caso son los enemigos del subinspector del GAP4. “A mí me machacó hasta darme de baja por depresión. Yo no daba órdenes, era la última mierdecilla en el cuartel, ¿cómo iba a dar órdenes yo?”, ha asegurado.

Visitas al Table Dance

Otro policía acusado ha reconocido que había acudido al Table Dance “cuatro o cinco veces” en verano de servicio acompañando al subinspector Bartolomé Capó y, fuera de servicio también, debido a algún cumpleaños o despedida de soltero. “Claro que pagaba, siempre he pagado”, ha destacado.

Un inspector de la Policía Local ha recordado que, como policía, nunca fue al Table Dance, pero a nivel particular, sí, “cinco o seis veces al año durante tres años” cuando salía de cena con amigos y otros policías. El encausado ha explicado que alguna vez le invitaba a una copa algún amigo o un camarero, ya que conocía a dos empleados de toda la vida de la infancia al ser todos ellos de la zona de s’Arenal. El hombre ha negado haber recibido servicios sexuales. Además, ha hecho hincapié en que los locales que iban a ser inspeccionados no se sabían nunca. “A mí no me decían dónde iban a ser las inspecciones. Yo no tengo nada que esconder”, ha sentenciado el inspector, que ha contestado a las preguntas formuladas por todas las partes. El juicio continuará el jueves en la Audiencia Provincial con los testigos protegidos.