Lucía del Carmen Álvarez Selva, historiadora: "Hay que quitar el foco del proxeneta para saber por qué sigue habiendo prostitución"

«Los docentes del Grado de Historia son excelentes investigadores, pero deberían formarse, por eso es necesario incluir asignaturas de género en la carrera», opina la joven historiadora ganadora del II Premio a Trabajos de Fin de Máster (TFM) sobre igualdad y contra la violencia sobre la mujer que otorga la Delegación del Gobierno en Baleares

Lucía del Carmen Álvarez, ganadora del II Premio a Trabajos de Fin de Máster de la Delegación del Gobierno en Baleares.

Lucía del Carmen Álvarez, ganadora del II Premio a Trabajos de Fin de Máster de la Delegación del Gobierno en Baleares. / DM

Nair Cuéllar

Nair Cuéllar

Lucía del Carmen Álvarez (Palma, 2000), recientemente galardonada por la Delegación del Gobierno en Baleares por su trabajo ‘Seminari de Formació sobre Prostitució al Grau de Història de la UIB’, cree que en el Grado de Historia «está todo tan masculinizado que se invisibiliza a las mujeres», por ello cree fundamental incluir asignaturas de género y que los docentes se formen. 

¿Qué le llevó a hacer este trabajo y cuál fue su objetivo principal? 

Había hecho mi TFG sobre turismo sexual en la carrera y para mí el seminario fue como una puerta abierta al ver que podía hablar de cosas que me interesaban, porque siempre había estado viendo lo que habían hecho mis compañeros en el grado y nada me gustaba, de hecho pensé que la carrera no era para mí. Pero al llegar al Máster y ver que sí que podía hacer cosas relacionadas con mi disciplina, fue como una puerta abierta, y el seminario, un modo de decir ‘oye, es algo que deberíamos empezar a plantear’. No a lo mejor sobre prostitución exactamente, pero sí sobre temas de género. 

En las conclusiones de su investigación, menciona la necesidad de un cambio de perspectiva en el mundo académico. ¿A qué se refiere? 

A que en mi disciplina, en Historia, está todo tan masculinizado que se nos invisibiliza, y ya no solo a las mujeres, sino a otros colectivos, y creo que para que empiece a haber un cambio tiene que haber, sí o sí, un cambio de perspectiva. Porque si no, lo único que conseguimos es que las investigadoras o futuras investigadoras se frustren. 

¿Cree que la educación es clave para conseguir la igualdad? 

Sí, me parece básico. Es verdad que se necesitan políticas y reclamaciones a nivel de calle, pero nunca va a llegar todo esto si no hay una educación, y ya no hablamos de los niveles superiores. Parece que da miedo hablar de estos temas a los más pequeños, pero hay que educarles en ello. Aunque también está el problema de que la gente que tiene que hacerlo tampoco ha recibido una educación. Entonces es un círculo vicioso en el que nadie forma a nadie porque nadie está lo suficientemente formado. 

¿Cómo explica que analizando la prostitución y la explotación sexual desde la perspectiva de la mujer se puedan identificar patrones históricos? 

Cuando he estado investigando para el Máster, he visto que en Historia la prostitución siempre se ha visto desde una perspectiva masculina y poniendo el foco en el proxeneta, es decir, en las razones masculinas del porqué de la prostitución, y creo que si analizáramos cómo afecta esto a las mujeres, podríamos encontrar explicación a por qué esta actividad se sigue perpetuando a día de hoy, cuando es algo que parece arcaico y antiguo. 

Considera que ambas actividades están asociadas a la desigualdad, la pobreza y la vulnerabilidad social. 

Sí, es interseccional totalmente, porque afecta a las mujeres en su amplia mayoría, pero además a mujeres que vienen de estratos sociales muy concretos, de países muy concretos, y cada vez más, porque cada vez estamos en un mundo más globalizado. A lo mejor hace 50 años en los prostíbulos de Baleares había mujeres españolas de un estrato social más bajo y estaba la cuestión de clase, pero es que ahora también entra la cuestión de raza. Cuando hice mis prácticas en las entidades que trabajan con mujeres en situación de prostitución, vi que la mayoría eran migrantes. No quiero dar porcentajes, pero la mayoría vienen de países que no tienen la misma situación que en Europa. Entonces hay que tener muy claro el componente de género, de clase y de raza.  

Desde su investigación, ¿qué soluciones propone y qué retos detecta? 

Yo lo planteé desde el principio como algo a pequeña escala, porque entiendo que no puedo plantear en un TFM que hay que cambiar toda la educación universitaria y los planes de estudios, que lo pienso, lo quiero y lo creo. Pero la solución que planteo tras observar mi grado en la UIB, es formar a los docentes que hay, porque son excelentes investigadores, pero creo que deben formarse y que se deben incluir asignaturas concretas de género en la carrera y que haya un cambio en el planteamiento del grado. El reto claramente es conseguir esto. No hay mayor reto que salirte del molde y decir, ‘vale, ahora tengo que cambiar toda la perspectiva que llevo trabajando 30 años como historiador para incluir una parte que no sabía ni que existía. Y no sabía que existía porque ni me lo habían explicado ni he querido investigarlo’.

Lucía del Carmen Álvarez Selva recoge el galardón.

Lucía del Carmen Álvarez Selva recoge el galardón. / Delegación Gobierno en Baleares

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