Trabajadoras del hogar en Mallorca: «Estoy en paro porque buscan que cuides a alguien 24 horas por 800 euros y sin Seguridad Social»

Las trabajadoras del hogar explican en Cáritas que aunque la situación para las que tienen un contrato «ha mejorado», ha aflorado la oferta ilegal y conseguir un empleo «en condiciones» es ahora «muy difícil»

Margalida y María del Mar, en un momento del encuentro. | B.RAMON

Margalida y María del Mar, en un momento del encuentro. | B.RAMON / Nair Cuéllar

Nair Cuéllar

Nair Cuéllar

Con motivo del Día Internacional de las Trabajadoras del Hogar, que se celebra este sábado, 30 de marzo, Cáritas Mallorca decidió esta semana reunir en su sede de la calle Socors, en Palma, a una veintena de empleadas del sector para conmemorar la jornada y «reivindicar» mejoras en un trabajo muy feminizado, con un elevado porcentaje de trabajadoras migrantes y todavía muy precarizado. De hecho, según una encuesta sobre salud laboral en el sector, publicada a principios de marzo por la Plataforma por un Empleo del Hogar y Cuidados con Plenos Derechos de Madrid, se alerta de esta situación al revelar que el 74% de las encuestadas trabaja más de 40 horas semanales, el 36% no tiene contrato laboral, el 50% cobra menos del salario mínimo, el 24% ha sido víctima de algún tipo de violencia en su trabajo y el 83% ha tenido problemas de salud a causa del mismo.

Mercedes cuenta su situación ante sus compañeras. | B.RAMON

Mercedes cuenta su situación ante sus compañeras. | B.RAMON / Nair Cuéllar

Precisamente durante el encuentro en Cáritas, se puso de manifiesto que a pesar de la entrada en vigor -en septiembre de 2022- del decreto ley que equipara las condiciones de empleadas a las del resto de trabajadores, precisamente su existencia ha hecho aflorar la oferta ilegal, de modo que conseguir un trabajo «en condiciones» es ahora «muy difícil». A grandes rasgos, la nueva norma acota la figura del desestimiento, que permitía el despido de estas trabajadoras de forma directa y casi sin justificación; establece que es obligatorio un contrato firmado por escrito en todos los casos; y permite a las trabajadoras acceder al subsidio por desempleo o a los pagos del FOGASA en el caso de que su empleador se declare insolvente.

Rosa se presenta durante la reunión en Cáritas. | B.RAMON

Rosa se presenta durante la reunión en Cáritas. | B.RAMON / Nair Cuéllar

Cáritas tiene un programa especial con este colectivo. Las acompaña, asesora y ayuda e intermedia en las ofertas de empleo. En este sentido, las trabajadoras presentes en el encuentro que en la actualidad tienen un empleo gracias a la entidad, manifestaron, sin duda alguna, que la nueva ley había mejorado las condiciones del sector. Sin embargo, muchas de ellas, que llevaban años en activo, están en estos momentos en paro.

Técnicas sociales de Cáritas y trabajadoras del hogar posan para este reportaje en la sede de la calle Socors. | B.RAMON

Técnicas sociales de Cáritas y trabajadoras del hogar posan para este reportaje en la sede de la calle Socors. | B.RAMON / Nair Cuéllar

Según se pudo extraer del intercambio de impresiones entre las trabajadoras del hogar a las que Cáritas realiza seguimiento, desde la entrada en vigor del decreto ley diferentes agencias y portales de internet han multiplicado su oferta ilegal, llegando al punto de buscar «que cuides a una persona las veinticuatro horas del día por 800 euros y sin Seguridad Social», contó con indignación Leonor, que rápidamente añadió, «y por eso estoy en paro, porque yo quiero trabajar mis ocho horas y estar asegurada». No fue la única en comentar ofertas de empleo de este tipo, de hecho cuando la trabajadora del hogar, que lleva en España desde 1997, explicó los anuncios que le llegaban últimamente, la mayoría reaccionó rápidamente asintiendo y contando experiencias propias.

Tras esta ‘lluvia’ de ofertas ilegales con las que se estaban encontrando, las técnicas sociales de Cáritas Mallorca que las habían convocado esa tarde en la sede de Palma -María del Mar Hinojosa y Margalida Barceló- no pudieron más que manifestar que «sospechábamos que era esto lo que estaba sucediendo», ya que aseguraron haber notado un descenso en las ofertas del sector que reciben. «Lo máximo que nos llegan ahora son anuncios para trabajar una o dos horas al día, es decir, empleos muy precarios», admitió Hinojosa.

Algunas de las empleadas del hogar presentes en la reunión, como Blanca, que lleva 23 años viviendo en Mallorca y en estos momentos se encuentra en paro, expresó que uno de los aspectos que se podrían mejorar a nivel Administrativo es agilizar la burocracia y los trámites necesarios para que las personas extranjeras pudieran conseguir los papeles más fácilmente. «La nueva ley está muy bien, pero creo que ahora el problema está en que hay mucha gente sin documentos y eso empeora la situación», manifestó.

Sobre ello, añadió que hay muchas ofertas que directamente lo que buscan son «cuidadoras sin papeles, para ofrecer las condiciones y sueldo que les parezca. Y nosotras tenemos derecho a que nos paguen lo que nos toca», reivindicó.

Cuidado de personas mayores

La reunión organizada por Cáritas fue todo un éxito. Tuvo un inicio algo tímido, ya que empezó con solo media docena de asistentes, pero poco a poco fueron llegando todas las allí congregadas: Clarisa, Rosa, Viviana, Mercedes, Milagros, Ana, Blanca, Leonor, Josefina, Honorata... y así hasta un total de diecisiete mujeres.

Una a una se fueron presentando, explicaron cuántos años llevan en España o en la isla -puesto que todas son migrantes-, la mayoría de ellas señaló que empezó trabajando como empleada del hogar, pero que acabó dedicándose al cuidado de personas mayores -muchas como internas-, y manifestaron si en la actualidad estaban en activo o buscando un puesto de trabajo.

Para amenizar el encuentro y que poco a poco se fuesen soltando, Barceló e Hinojosa prepararon una lista de diez preguntas que presentaron a modo de Kahoot -una herramienta que se suele utilizar en educación para aprender jugando- y consiguieron su cometido, ya que mediante cuestiones como ‘¿cómo te sientes cuando tus empleadores no reconocen el trabajo o esfuerzo que realizas?’ fueron poco a poco relatando sus experiencias y manifestando sus diferentes pareceres. Sobre esta cuestión en concreto, muchas de ellas aseguraron haber llegado a «llorar de impotencia» en algunas ocasiones en las que sus jefas o jefes han abusado de su tiempo contratándolas para media jornada, por ejemplo, mientras que les han exigido trabajar más del doble; o lamentaron la «falta de humanidad» que habían mostrado hacia ellas en alguna ocasión. Eso sí, todos estos malos recuerdos también fueron acompañados de risas compartidas, consejos y mucha complicidad.

Como si fuera su familia

Pero no todo fueron alusiones a hechos negativos, de hecho a las preguntas de las técnicas sociales sobre las experiencias positivas en el servicio doméstico y las actitudes de los empleadores que les hacen sentirse apreciadas, los comentarios fueron mucho más numerosos.

«Cuando la abuelita a la que cuidaba me dijo que yo era más familia suya que la que tenía, eso me llenó muchísimo», contó Ana, muy afectada por la reciente muerte de la mujer mayor de la que se encargaba. Milagros, por su parte, relató visiblemente emocionada cómo en Asturias su penúltima jefa se ocupó de ella durante la pandemia: «Cada quince días me traía comida, me dio el sueldo que me correspondía y uno más y aún hoy me llama y se preocupa por mí», señaló.

Honorata quiso compartir que en su primer trabajo que encontró como cuidadora recién llegada a España tenía que hacerse cargo de una octogenaria, que solo tenía una pequeña maleta con un par de mudas y que una de sus hijas al día siguiente le llenó el armario de ropa y le dijo que la consideraba «como a una de sus hermanas», que no se preocupara por nada. «Encontré una familia maravillosa», recordó con agradecimiento.

Los relatos positivos se fueron sucediendo uno tras otro, y es que todas, sin excepción, manifestaron que adoraban su trabajo y que lo que más les gustaba era cuidar de las personas mayores. «Tengo cuatro hijos, no los he podido traer de mi país y para mí los abuelos a los que cuido son como mis padres», confesó Mercedes. Del mismo modo se manifestó Ana, muy dolida por el fallecimiento de la mujer a la que cuidaba: «Para mí era como mi abuela. Las personas mayores necesitan cariño, amor y paciencia, y me encanta darles eso». Y ese fue el sentimiento más compartido de toda la tarde.

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