José Cámara, experto en eficiencia energética: «Una vez instaladas, los paneles puede generar energía de forma pasiva durante 25 años»

El parque fotovoltáico balear vive actualmente un momento de auge. La combinación de subvenciones junto a los fondos europeos Next Generation que este 2024 financian hasta el 80 por ciento de la rehabilitación de edificios para convertirlos en espacios más eficientes a nivel energético han provocado una cascada de solicitudes en los últimos meses. Hasta octubre de 2023 tan sólo se habían consumido 1,3 millones de euros pero según los últimos datos del Govern la petición de subvenciones han aumentado un 290%, pasando de 934 a 3.661 viviendas beneficiadas, destinando alrededor de 4 millones de euros a tal fin. En total, Europa ha destinado a Baleares un total de 29,5 millones de euros hasta finales de año para las comunidades de propietarios que quieran invertir en la eficiencia energética de su hogar.

José Cámara, cofundador y CEO de Tramiteco -empresa dedicada a la mejora de la eficiencia energética y rehabilitación de edificios y viviendas-, asegura que «un uso combinado de las subvenciones tiene un buen retorno. En concreto, explica que según los datos recogidos por su empresa «llegamos a calcular que la media de retorno de las inversiones en placas fotovoltáicas está entorno a los 3-4 años». 

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Este arquitecto técnico e ingeniero civil experto en eficiencia energética y bioconstrucción apunta además que este repunte en la demanda de ayudas para estas actividades se debe en gran parte a la subida de la luz: «El precio de la electricidad ha aumentado tanto que ha provocado un aumento de la demanda». Añade además que «las placas ahora se producen de forma masiva y el precio del kw hora ha bajado a más de la mitad que cuando salió. Antes salían de 200-250 y ahora llegan a los 400 y están a la mitad de precio». 

Según datos del IDAE (Instituto para la Diversificación y la Eficiencia Energética), el 43% de los edificios de Baleares no son eficientes a nivel energético y consumen más de lo que deberían. Tan sólo nos supera Canarias, con el 63%. Eso sí, ambas comunidades están lejos del 27% de media del país. 

La explicación de estos datos es que el parque inmobiliario de las Islas está envejecido (la mayoría de los edificios son anteriores a 1980) y que el clima templado ha dejado tradicionalmente en un segundo plano las cuestiones relacionadas con la eficiencia energética. 

En este sentido, Cámara explica que «no se tuvieron muy en cuenta, por ejemplo, los aislamientos, que también forman parte de la eficiencia energética de una vivienda o un edificio. Tenemos un parque inmobiliario bastante envejecido a nivel energético, y las construcciones del ‘boom’ turístico, que fueron más rápidas, no tuvieron en cuenta estos factores». 

Por ejemplo, cuenta que la rehabilitación del aislamiento de la cubierta de un edificio podría suponer hasta una reducción del 35 por ciento en el consumo energético. «Al final nosotros nos dedicamos a ofrecer soluciones muy sencillas como aislamientos en los exteriores de las viviendas, rehabilitación de cubiertas, que vendría a ser la rehabilitación energética, e impermeabilizaciones y sobre todo instalación de paneles fotovoltáicos. Todas ellas, en mayor o menos medida, suponen un ahorro energético para el cliente». 

En estos casos, un mejor revestimiento o aislamiento de la cubierta podría suponer un descenso del consumo de electricidad a través de la calefacción. 

De las placas resalta sobre todo su durabilidad: «Lo bueno de instalar los paneles es que suelen tener una durabilidad de unos 25 años aproximadamente y dependiendo del modelo. Por eso, una vez instaladas pueden estar generándote energía de forma pasiva durante un cuarto de siglo sin ningún tipo de esfuerzo». 

Así, considera necesaria la instalación progresiva de estos parques y valora positivamente que las instituciones públicas inviertan en energías renovables, también motivadas por la Agenda 2030 y el Plan de Transición Energética y Cambio Climático: «A día de hoy debemos pensar que somos una isla y, para los bueno y para lo malo, tenemos mucha independencia por lo que cuanta más energía renovable produzcamos más eficientes seremos. Teniendo en cuenta la presión turística a la que nos sometemos, es inteligente usar este tipo de energía ya que de este modo no se gastan tantos recursos limitado». 

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