Dos científicos de Mallorca aclaran la confusión entre la AMOC y la Corriente del Golfo: ¿Estamos al borde de un cambio climático radical en Europa?

Los investigadores del Laboratori Interdisciplinari sobre Canvi Climàtic de la UIB, Damià Gomisy Gabriel Jordà, señalan el peligro de simplificar ambos conceptos, "pues puede llevar a malentendidos"

Crisis Climática. Corriente del Atlántico Norte.

Crisis Climática. Corriente del Atlántico Norte. / DM

M. Elena Vallés

M. Elena Vallés

Los investigadores y miembros del Laboratori Interdisciplinari sobre Canvi Climátic de la UIB (LINCC-UIB) Damià Gomis y Gabriel Jordà han elaborado un escrito en la web de la entidad donde señalan el peligro de simplificar conceptos como la AMOC y la Corriente del Golfo, “pues puede llevar a malentendidos”. “Cuando se trata de un ámbito tan relevante como el cambio climático y sus consecuencias, los malentendidos se pueden atribuir a una intencionalidad y casi acabar en polémica. Es lo que ha pasado a nivel periodístico y científico”, a raíz de un reciente estudio de la Universidad de Utrecht que alerta del freno y posible colapso de la Circulación Meridional de Retorno del Atlántico (AMOC) en las próximas décadas a causa del cambio climático. Este evento, de gran complejidad y consecuencias aún inciertas, podría tener un impacto brutal en el clima de Europa, especialmente en el norte del continente.

¿Qué es la AMOC?

Los investigadores explican que la AMOC es el nombre que recibe el patrón de circulación marina en el Atlántico Norte que controla el intercambio de calor entre los trópicos y las zonas polares, y que está impulsado por dos elementos. Por una parte, está la formación de agua profunda en el sur de Groelandia: en esa región el agua es tan fría y salina (por eso es tan densa) que se hunde; una vez en el fondo del océano, el agua fría fluye hacia el Atlántico sur, bordeando el continente americano.

¿Qué relación tiene la AMOC con la Corriente del Golfo?

La Corriente del Golfo es una de las ramas más conocidas de la AMOC. Es la responsable de transportar aguas cálidas superficiales de latitudes subtropicales hacia el norte, fluye primero a lo largo de la costa norteamericana y después se separa y va hacia el este, donde se divide en dos ramas. Una más difusa regresa hacia el sur y cierra así el gran giro subtropical; la otra fluye hacia el norte a lo largo de las costas europeas hasta llegar al Ártico. Esta segunda rama (llamada Corriente del Atlántico Norte) es la responsable de que Europa tenga un clima mucho más benigno del que le correspondería en su latitud.

¿Por qué se teme un colapso de la AMOC?

El principal factor que podría desencadenar el colapso de la AMOC es el cambio climático. El deshielo acelerado del Ártico está vertiendo grandes cantidades de agua dulce en el océano, lo que podría diluir la salinidad del agua superficial y afectar su densidad. Si la densidad del agua superficial no es suficiente, no se hundirá, lo que detendría el motor de la AMOC.

Alerta ante el posible colapso de la gran corriente oceánica del Atlántico: qué significa y qué implicaciones podría tener.

Alerta ante el posible colapso de la gran corriente oceánica del Atlántico: qué significa y qué implicaciones podría tener. / Pexels

¿Qué consecuencias tendría un colapso de la AMOC?

Las consecuencias de un colapso de la AMOC serían graves para Europa. Se espera un enfriamiento significativo, especialmente en invierno, con impactos drásticos en la agricultura, la economía y la calidad de vida. Además, se podrían producir cambios en los patrones de precipitación y en la frecuencia de eventos climáticos extremos.

Gráfico publicado por Damià Gomis y Gabriel Jordà del LINCC-UIB.

Gráfico publicado por Damià Gomis y Gabriel Jordà del LINCC-UIB. / LINCC-UIB.

¿Es inevitable el colapso de la AMOC?

Aún no hay una respuesta definitiva a esta pregunta. Si bien el estudio de la Universidad de Utrecht es preocupante, existen otros estudios que ofrecen resultados menos alarmantes. Sin embargo, cabe resaltar que el estudio de Utrecht ha supuesto un punto de inflexión importante. “Primero, porque demuestra la existencia de un punto de no retorno en la evolución de la AMOC; antes se había demostrado su existencia con modelos simplificados,pero nunca se había hecho a partir de una simulación numérica con un modelo numérico de alta complejidad y bajo condiciones realistas, porque el esfuerzo computacional necesario era inabarcable”, señalan Gomis y Jordà. En segundo lugar, el estudio ha permitido identificar qué diagnósticos son los más fiables para determinar el estado de la AMOC. “En base a estos diagnósticos, demuestra que actualmente el cambio climático está yendo hacia este punto de no retorno, y que el inicio del colapso podría tener lugar en unas pocas décadas, probablemente entre 2040 y 2070”, indican.

Inminente colapso de la corriente del Atlántico

Inminente colapso de la corriente del Atlántico / LINCC

A pesar de que algunas voces han cuestionado aspectos concretos del estudio, una parte del ruido que se ha creado no ha sido por el estudio en sí mismo, “sino por imprecisiones en su divulgación. En este sentido, Gomis y Jordà se refieren, por ejemplo, a un titular del periódico The Guardian. “El estudio de la Universidad de Utrecht no habla en ningún momento del colapso de la Corriente del Golfo, tampoco lo hacía el boletín del LINCC publicado el 16/02/2024”, aclaran.

La explicación definitiva

“Tanto la formación de agua profunda como la Corriente del Golfo contribuyen en la exportación de calor de latitudes bajas hacia el Atlántico Norte, en un caso moviendo aguas muy frías hacia el sur y en el otro moviendo aguas cálidas hacia el norte. Pero los motores de los dos procesos son diferentes, aunque no independientes del todo. Lo que mueve la Corriente del Golfo es el régimen de vientos y la rotación de la Tierra, y por tanto una parada de la formación de agua profunda debido al deshielo del Ártico no implicaría el colapso de la Corriente del Golfo, porque el régimen de vientos se mantendría más o menos igual. ¿Quiere decir esto que las consecuencias tan importantes para el clima de Europa de las que habla el estudio son falsas? En absoluto”, sostiene ambos científicos en el escrito.

Esquema de la corriente de circulación meridional que regula el clima mundial

Esquema de la corriente de circulación meridional que regula el clima mundial / Agencias

Una parada en la formación de agua profunda implicaría una reducción drástica de los intercambios de calor entre latitudes bajas y el Atlántico Norte, por dos razones:

Primera: El flujo de retorno hacia el sur es muy frío, y el transporte de calor es el flujo multiplicado por la diferencia de temperatura entre el flujo hacia el norte y el flujo hacia el sur. Si desaparece el flujo frío hacia el sur, se reduce muy significativamente el transporte neto de calor.

Segunda: La Corriente del Atlántico Norte, que es la continuación de la Corriente del Golfo que fluye hacia el norte de Europa, se debilitaría significativamente, porque esta corriente sí está ligada a la formación de agua profunda. Y es esta corriente la que lleva aguas calientes hacia Europa y permite que tengamos un clima más templado.

Por contra: La parte de la Corriente del Golfo impulsada por el viento y que cierra el gran giro subtropical persistiría. Pero esta rama contribuye mucho menos al transporte neto de calor, porque retorna hacia el sur en la superficie del Atlántico oriental, a una temperatura no mucho más fría que la que tiene al inicio la Corriente del Golfo, y por lo tanto deja poco calor atrás.

En resumen

  • La parada de la formación de agua profunda no implica la parada de la Corriente del Golfo.
  • La parada de la formación de agua profunda sí que implica un enfriamiento significativo de Europa, especialmente en el norte.

En este sentido, los dos científicos, Gomis y Jordà, creen que usar la confusión generada sobre la Corriente del Golfo para minimizar las consecuencias que tendría el colapso de la AMOC “es una actitud bastante irresponsable”. “También cabe decir que fijarse únicamente en cómo cambiarían las condiciones en el Mediterráneo, que desde el punto de vista estrictamente climático quedaría menos afectada que el norte de Europa, también es engañoso. Si media Europa entra en un proceso de enfriamiento muy marcado, no se podrá evitar que los problemas sociales y económicos que se deriven no nos afecten”.