¿Conoces a Tillmann? La botella mensajera del pequeño alemán viaja desde Mallorca a la costa italiana

«Querido desconocido (...) Tengo 11 años...» Un niño alemán que vive en la isla, soñador y explorador, logra que su gesto de aventurero encontrara un destinatario. Ahora le buscan a él.

La botella que lanzó el pequeño de 11 años alemán en Mallorca y llegó con su mensaje hasta la costa italiana tres meses después.

La botella que lanzó el pequeño de 11 años alemán en Mallorca y llegó con su mensaje hasta la costa italiana tres meses después. / Altafulles

Myriam B. Moneo / Brigitte Rohm

«Querido/a desconocido/a: En este hermoso día soleado, estoy enviando este mensaje en una botella en su viaje y tengo mucha curiosidad por ver quién lo encontrará. Me llamo Tillmann, tengo 11 años y vivo en Mallorca». Y por arte de magia y de las olas, el deseo del autor de esta carta que ha recorrido 1.400 kilómetros por el mar se ha cumplido. La misiva de este niño alemán residente en la isla ha encontrado un destinatario en Italia, en una playa de la bahía de Nápoles. Ahora le buscan a él.

La historia la ha difundido el medio Altafulles, que a su vez se hace eco de un periodista italiano. La revista cultural de Altafulla, municipio de Tarragona, quiere que ruede más allá todavía el mensaje del pequeño Tillmann. Ha compartido su publicación con los medios de comunicación de Mallorca para que llegue hasta él su gran gesta «en estos tiempos de WhatsApp e inteligencia artificial (IA)», como señala Òscar Ramírez Dolcet, director de Altafulles. 

Aquí el mensaje de Tillmann, fechado en noviembre pasado.

Aquí el mensaje de Tillmann, fechado en noviembre pasado. / Altafulles

Aquí el texto íntegro de Tillmann, escrito con fecha del 13 de noviembre y con un estilo un tanto encopetado y resabido, y, al mismo tiempo, tan tierno. Quería mostrar su mejor prosa porque no sabía quién sería su destinatario. Acertó. La misiva la encontró un adulto.

"Todavía no he podido cumplir un deseo"

«Mis hobbies son: leer libros, jugar videojuegos, hacer puzles, construir con Lego. Jugar al baloncesto y al fútbol son mis actividades deportivas de ocio. Entre otros [hobbies] me gusta explorar la naturaleza, flora como fauna (soy miembro del Nabu [asociación ecologista alemana]), y el mundo acuático también tiene mi atención».

Tillmann sigue con su prolija presentación. «También me gusta dedicarme al tema de épocas históricas y astronomía. Además disfruto de montar en moto con mi padre». Y para terminar, expresa un anhelo: «Todavía no he podido cumplir mi deseo de ver una serpiente o una tortuga fuera de un zoo, que son muy comunes en Mallorca». Y se despide confesando su objetivo: «Un cordial saludo, estaría encantado de recibir una respuesta, Tillmann». 

La magia tiene que seguir funcionando, Dario Grande quiere venir a la isla y conocer al pequeño aventurero

No hay apellido. Pero si Mallorca es un pañuelo y la noticia corre entre la comunidad alemana pronto este aventurero que apunta maneras podría recibir una visita. La de Dario Grande, el otro protagonista de esta historia. 

Dario Grande, el italiano que encontró la botella del niño alemán en Bacoli, en la costa de Nápoles.

Dario Grande, el italiano que encontró la botella del niño alemán en Bacoli, en la costa de Nápoles. / Altafulles

La botella con cierre de gaseosa —otro romántico detalle de Tillmann— empezó su recorrido y «tres meses después ancló en la arena de la playa de Miseno», en Bacoli, localidad de Nápoles, relata la revista tarraconense. Dario Grande se topó con ella y leyó la misiva llegada desde Mallorca. Por la furia de «una violenta tormenta» se produjo «el milagro» y el deseo del niño se ha cumplido. 

Grande va a iniciar una cadena. Tirará de nuevo la botella al mar con su propio mensaje. El tiempo dirá si encuentra otro destinatario. La gesta del intrépido Tillmann la ha relatado el periodista italiano Gennaro Savio, de la isla de Isquia. 

La magia ha de seguir funcionando. Dario Grande quiere venir desde su mar Tirreno hasta este otro lado del Mediterráneo para conocer a Tillmann. Y quizás juntos cumplan en Mallorca el deseo del pequeño aventurero: «Ver una serpiente o una tortuga fuera de un zoo».