Día Mundial para la prevención del Suicidio: "No entiendo qué hago aquí, qué sentido tiene mi vida"

Cada mes unas 25 personas llaman al Teléfono de la Esperanza de Baleares con ideas suicidas, algunas incluso cuando ya se han autolesionado y su vida corre peligro

Lino Salas (con las cifras comparativas de llamadas anuales atendidas antes y después de la pandemia) y Antònia Torres, del Teléfono de la Esperanza de Baleares

Lino Salas (con las cifras comparativas de llamadas anuales atendidas antes y después de la pandemia) y Antònia Torres, del Teléfono de la Esperanza de Baleares / M.F.

Mar Ferragut Rámiz

Mar Ferragut Rámiz

Hace más de diez años, pero esa es de las llamadas que no se olvidan. Antònia Torres, presidenta del Teléfono de la Esperanza en Baleares, atendió a una persona que le dijo que acababa de autolesionarse porque quería morir. En estos casos, en los que la ideación suicida ya se ha cristalizado en un acción, la prioridad de los voluntarios es preservar la salud. "¿Quieres que llame a una ambulancia?", preguntó Antònia. A veces, las personas que les contactan para avisar de lo que han hecho dicen que sí y facilitan su dirección, y da tiempo de movilizar a una ambulancia o a los bomberos (si hace falta que fuercen la puerta para acceder al domicilio). En aquella llamada, hubo un momento en que Antònia dejó de oír la voz al otro lado. Se perdió la comunicación. "Ya no llegué a tiempo", explica la voluntaria, que tiene ese recuerdo "grabado a fuego". La vivencia cobra fuerza estos últimos años postpandemia en los que las llamadas de gente en busca de esperanza y conexión se han multiplicado y han crecido de forma notable las personas que marcan el 971461112 por tener ideas suicidas.

En concreto, según ha expuesto hoy la entidad con motivo del Día Mundial de Prevención de la Conducta Suicida (el 10 de septiembre) las demandas de ayuda por conducta suicida casi se han duplicado en tres años y medio. La pandemia ha marcado un claro antes y después. El Teléfono de la Esperanza en Baleares atendió a 672 personas por temática suicida entre 2020 y junio de 2023, practicamente el doble que entre 2010 y 2019. En el primer trimeste de este año, el servicio (voluntario y sostenido gracias a las aportaciones de entidades como Acción Social de La Caixa y Protur Hotels) recibió 151 llamadas relacionadas con temática suicida (el mismo periodo de 2022 fueron 127). Dicho de otra manera, cada mes han atendido 25 llamadas por esta cuestión. Según ha indicado Lino Salas, voluntario y portavoz, estas llamadas se producen en tres momentos: cuando se empiezan a tener ideas (son el 90% de los casos y los usuarios expresan sentimientos como "nadie me quiere", "no sirvo para nada" , "no sé qué hago aquí ni qué sentido tiene mi existencia"); en un momento ya de "crisis suicida" (cuando además de ideas, la persona ya ha pensado "un plan"); o "con el acto suicida en curso". Este año el servicio ha atendido a tres personas que ya habían cometido alguna acción contra su integridad. El año pasado los voluntarios asistieron doce llamadas de personas que se habían autolesionado.

La prioridad es, como decía Antònia Torres, "preservar la salud". El anonimato en estos momentos pasa a segundo plano (así como el reloj: en estas situaciones no puede haber un límite) y los voluntarios tratan de obtener información práctica para que los servicios médicos o las fuerzas de seguridad puedan intervenir. También se trata de "crear una afectividad", un vínculo. Al final, si han llamado para avisar "hay un hilo de esperanza". Atender a este tipo de llamadas no es fácil para los voluntarios, que están inmersos ahora en procesos formativos específicos para esta cuestión ante el incremento de la casuística. Salas ha explicado la historia de un voluntario que dos semanas después de atender la llamada de una persona "con acto suicida en curso" seguía teniendo muy presente el sentimiento de impotencia vivido: "Es una carga emotiva muy fuerte, te das cuenta de que la persona que te ha llamado se está yendo". El año pasado los orientadores asistieron a doce personas que llamaron cuando ya se habían hecho daño a sí mismos, ha indicado el portavoz, y todos esos casos "pudieron resolverse bien". A veces, como le sucedió a Antònia Torres con aquella llamada de hace diez años, no saben qué pasa al final con esa voz al otro lado y han de aprender a vivir con esa duda.

El número de llamadas recibidas por el servicio sigue creciendo y refleja los tres problemas "que atraviesan a nuestra sociedad": la soledad, la depresión y la ansiedad. En los últimos tres años y medio se han atendido a 2.044 personas más que en los últimos diez años, con una media actual de 430 personas por mes. La crisis sociosanitaria del covid marca las cifras. Entre 2010 y 2019 recibieron 13.643 llamadas y solo entre 2020 y el primer semestre de 2023 ya atendieron 15.687 llamadas. Lino Salas ha indicado que los países que hace 20 años respondieron a la llamada de la OMS e impulsaron planes estatales contra el suicidio (en España algo de momento inexistente) hoy empiezan a ver avances. Ha recordado que una de cada cuatro personas sufrirá depresión en algún momento de la vida y ha reivindicado la necesidad de actuar y poner recursos para que todo el mundo pueda superarla.

Pronto llegara 'el Whatsapp de la esperanza'

Los problemas de salud mental de niños y jóvenes también se refleja en las estadísticas. Salas ha destacado especialmente el "preocupante" incremento de las llamadas de jóvenes menores de 25 años, que aumentaron de 24 llamadas en 2019 a 204 en el año 2022. De 2010 a 2019 fueron 895 los jóvenes atendidos, mientras que de 2020 a 2023 han sido 1.385. El portavoz ha detallado factores de riesgo como el acoso escolar o el uso indebido de internet y de las redes sociales. Por ello, ha recomendado dedicar "diálogo y tiempo" a los menores y "negociar" con ellos el uso de internet, pero tampoco caer en la sobreprotección. Desde la entidad, están dando pasos para activar un 'Whatsapp de la esperanza' en Baleares a partir del próximo año, iniciativa enfocada a los jóvenes que ya están desarrollando con éxito en otras sedes de España.

"Los hombres empiezan a pedir más ayuda"

Además de ir bajando la media de edad, también se están produciendo cambios en cuanto al género. En años anteriores sólo llamaba un hombre por cada tres mujeres, pese a que la tasa de suicidio es de tres hombres por cada mujer, pero los últimos datos muestran que ahora llaman más hombres, se acercan al 50%, un hecho que la presidenta del Teléfono de la Esperanza de Baleares achaca a que los hombres están empezando a animarse a "pedir ayuda". En este sentido, Torres ha recordado que ellas tienen más ideas suicidas pero la tasa de suicidios es menor entre ellas porque no les cuesta tanto buscar ayuda. Por eso, que los varones se animen a descolgar el teléfono para lanzar un SOS "es una buena noticia".

En busca de voluntarios

Lino Salas ha indicado que ante el aumento de llamadas necesitan más voluntarios. La tarea requiere "fuerza" y "mejorar como persona" para poder ser capaz de ofrecer "una escucha activa" pero el trabajo desempeñado, ha indicado Salas, "es muy estimulante". Los próximos días 7 y 21 de septiembre, a las 19 horas, el Teléfono de la Esperanza en Baleares celebrará unas jornadas informativas sobre cómo colaborar con el servicio en el espacio de acción social y voluntariado de CaixaBank (en Avinguda Alexandre Roselló, 40).

El Teléfono de la Esperanza es el 971461112 y la atención es anónima y cubre las 24 horas del día.