El Teléfono de la Esperanza en Baleares ha recibido 127 llamadas de temática suicida en el primer semestre de este año, cuando en los seis primeros meses del año pasado fueron 120, según un informe de la entidad presentado este martes en Palma, lo que supone un 5,8% más.

Desde que empezó la pandemia, el Teléfono de la Esperanza en Baleares ha recibido 441 llamadas relacionadas con suicidio en dos años y medio, cuando en todo 2019 atendieron 40, según han difundido con motivo del Día Internacional de la Prevención del Suicidio.

En todo 2021 atendieron a 239 personas que llamaron por temática suicida, en 2020 fueron 75 y en 2019 fueron 40.

"Con voluntarios y orientadores que cogemos el teléfono sabemos que es muy importante el sufrimiento, porque detrás de cada suicidio hay sufrimiento y una crisis personal emocional. Sabemos que el suicidio incluye muchos factores, tiene detrás la soledad y no comunicarse; que nos llamen reduce esa soledad", ha asegurado la presidenta de la entidad en Baleares, Antonia Torres.

"Abordamos un tema capital, el suicidio, un acto silencioso y silenciado", ha añadido.

De las 127 llamadas por temática suicida, 6 de ellas lo hicieron en el acto de cometer el suicidio. En todo 2021, fueron 139 llamadas por temática suicida y 10 llamantes en el momento del acto suicida, un hecho ante el que uno de los portavoces de la entidad, Lino Salas, ha recalcado que "es un problema que se puede resolver si se orienta; hay que actuar con rapidez".

Entre enero y junio, 2.474 personas han llamado al Teléfono de la Esperanza, cifra que se mantiene similar al año pasado, cuando fueron unas 2.600. El 77% de las personas, al terminar la llamada, agradece al orientador la ayuda recibida.

El perfil medio del llamante es el de una persona que tiene entre 35 y 65 años (el 66%); mujer en un 60% de las ocasiones; que vive sola, es soltera separada, divorciada o viuda, el 54 %; y tiene un problema de fondo de soledad, depresión, ansiedad y temática suicida.

El 57,7% sufre problemas psicológicos y de salud mental; un 11,1% soledad e incomunicación; el 7,4% una depresión grave; el 6,8% trastorno de ansiedad; el 6,8% conflictos en el ámbito familiar y el 4,9% crisis en su proyecto vital.

En 69 llamadas, los orientadores tuvieron que llamar a los bomberos al 061 u otros teléfonos de emergencias. "A veces una llamada de teléfono puede salvar una vida", ha insistido Salas.

Otro factor relevante detectado en el informe del primer semestre es que han aumentado los adolescentes y jóvenes llamantes, de 16 a 20 años, con 266 en el semestre, cuando antes de la pandemia llamaban entre 30 y 40, con un pico máximo de 50. Comparado con el primer semestre del año pasado son un 39% más llamadas, cuando fueron 191 jóvenes y adolescentes los que llamaron.

Llaman por factores de riesgo en la adolescencia: embarazo, violencia, consumo de drogas e ideas suicidas, principalmente.

Un tercer elemento sobre el que han hecho hincapié son las llamadas por conflictos en el ámbito familiar, que han aumentado con la pandemia, momento desde el cual los conflictos que aparecen son el divorcio, violencia, paro, vivienda y la relación con los hijos.

Salas ha destacado que han llegado a llamar maltratadores al Teléfono de la Esperanza pidiendo orientación, con 5 llamadas en el semestre. Las mujeres maltratadas que han llamado en ese tiempo han sido 25.

Del total de llamadas, casi el 8 % son llamadas, en las que quien llama no dice nada una vez le han saludado. El orientador no cuelga nunca.

En todo 2021, el Teléfono de la Esperanza atendió 5.315 llamadas, frente a las 2.956 de 2020 y 1.215 en 2019, de forma que la media de atención antes de la pandemia eran unas 3 personas al día y en 2021 fueron casi 15 diarias.

La entidad ha puesto en marcha la campaña "Hagamos un plan", con la que reclama un plan nacional de prevención de la conducta suicida, con presupuesto y con más recursos en el ámbito sanitario y de servicios sociales.

Según el "Libro Blanco de la Depresión y el Suicidio" de 2020, por cada dólar invertido en la detección y tratamiento de la conducta suicida, hay un retorno de 3 dólares (en ahorro de gasto sanitario, policía y gobierno local); una estimación que aumenta a 15 dólares por cada dolar invertido si se tienen en cuenta los impactos a nivel laboral. Si se implantan medidas con un plan nacional sanitario, la tasa de retorno es de 44 dólares por dólar invertido.

Torres ha destacado que Baleares sí dispone de un plan autonómico. Ha advertido de que se ha puesto en marcha un teléfono de atención, el 024, pero ha criticado que en primera instancia responda un contestador. "Han empezado por aquí, que no basta", ha asegurado.

El Teléfono de la Esperanza atiende las 24 horas del día, y los 365 días del año en el 971 461 112.