Los bancos de Baleares ponen trabas para la renegociación de las hipotecas

La reedición Código de Buenas Prácticas no alivia los problemas para el pago de las deudas  

«Es una forma de aprovecharse de gente que firmará cualquier cosa», asegura una de las afectadas

Las hipotecas variables sufren subidas de los tipos de interés que a veces imposibilitan su pago.

Las hipotecas variables sufren subidas de los tipos de interés que a veces imposibilitan su pago. / DM

Jordi Sánchez

Jordi Sánchez

«Es una forma de aprovecharse de las personas que en su situación firmarán cualquier cosa». Esto afirma Maria José Millán, una pensionista de 74 años que trató de adherirse hace unos meses al Código de Buenas Prácticas para tratar de paliar una situación «insostenible» con la que no podía pagar su hipoteca. «Con la pensión no me daba».  

En noviembre de 2022 se reeditó este Código de Buenas Prácticas, que fue publicado por el Gobierno en 2012 para tratar de proporcionar ayuda a aquellas personas que tenían problemas para pagar sus hipotecas tras la crisis de 2008. A dicho Código se integraron numerosas entidades bancarias que tenían, y mantienen, la obligación de cumplirlo. A finales del pasado año, debido al incremento de los tipos de interés, que afecta directamente a las hipotecas variables, se incluyeron medidas adicionales para proveer a aquellos que cumpliesen una serie de requisitos facilidades temporales para el pago de sus hipotecas.  

Este sistema tiene tres fases de actuación, en la que cada una exige una serie de requisitos. En estas tres fases los bancos pueden: reestructurar la deuda, reducir la deuda pendiente o cancelar el endeudamiento pendiente a cambio de la entrega de la vivienda, de la que el deudor podrá solicitar el alquiler durante 2 años pagando un 3% anual del importe total de la deuda pendiente.

Son muchas las personas que, tras la subida del euribor, que conlleva el incremento de los tipos de interés, o algunos otros problemas por los que no podían pagar su hipoteca, trataron de favorecerse de estas medidas para poder llegar a fin de mes y poder mantener los pagos. Sin embargo, para algunas de ellas ha resultado prácticamente imposible, ya que los bancos tienen la última palabra en la aprobación de estas peticiones. 

«Tengo dos hipotecas, una mayor y otra menor, y quería aplicarme al Código de Buenas Prácticas para rebajar una de las hipotecas. Con la subida del euribor se hizo insostenible pagar mi hipoteca a final de mes», explica Millán, quien asegura que estas medidas son «un fraude total». «Quería informarme a través del banco. El director me atendió desde la puerta y me dijo que no había nada que hacer», apunta mientras explica que tuvo que realizar los trámites de forma telefónica y enviar toda la documentación por correo. 

«Me ofrecieron tres opciones: una de ellas me alargaba la hipoteca 5 años y me hacía pagar 39.000 euros más y en otra me permitían pagar un año únicamente de intereses, volviendo a pagar el siguiente año los intereses más el capital», ofrecimiento al que Millán ya no respondió

Esta pensionista confía en que «el euribor bajará» para poder seguir pagando su hipoteca, y manda un mensaje de advertencia: «La gente que haya firmado el Código se arrepentirá». 

«Lo que pasa ahora es que estas entidades actúan de forma arbitraria»

El economista y profesor adjunto de la UIB, Pau A. Montserrat, asegura que las medidas del Código de Buenas Prácticas «son buenas, pero el problema es la forma en la que se han hecho». 

«El que decide es el banco y puede actuar de forma arbitraria, que es lo que pasa ahora. Lo último que les importa es el Código de Buenas Prácticas. Es como tratar con una administración burocrática que tiene la finalidad del lucro privado», critica el economista, quien además destaca el impacto que tiene todo el proceso, que puede a llegar a durar meses, afirmando que «las personas mantienen los nervios, la inquietud y, además, el pago de la hipoteca cada final de mes». 

Propone como solución integrar esta medida dentro de las estructuras de crédito hipotecario, alegando que «no deja de ser una ayuda para los pagos de la gente que tiene problemas para realizarlos».

Montserrat también resalta que la entidad pública que debe gestionar dicho Código, el Banco de España, «no tiene ni el interés ni los medios para interpretarlo», asegurando que «obligan a utilizar herramientas privadas porque las públicas no sirven».

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