Una mallorquina denuncia el trato de los taxis en Palma: "Dos taxistas me ignoraron para recoger a unos turistas que iban detrás de mí"

La mallorquina Cristina F. afirma que "por unas monedas de más los taxistas dejan colgados a los residentes para dar siempre prioridad a los turistas"

Una parada de taxis en Palma.

Una parada de taxis en Palma. / María Pedraz

Pere Morell

"Que el turista que viene a nuestra tierra no tenga educación ya es bien sabido, pero que el taxista, que es un servicio público, se comporte así, es de una vergüenza inmoral", son palabras de Cristina F, una mallorquina que una noche quería coger un taxi después de salir el trabajo.

Con todo el cansancio encima, la mujer decidió llamar a un taxi cerca de la plaça Gomila de Palma, al lado de una estación de buses. Este reducía la velocidad para cogerla, hasta que vio a un grupo de turistas. El taxista no lo dudo y pensó que estos sería más rentables, por lo que se paró para que los extranjeros se subieran y dejo a Cristina con la miel en los labios.

Cristina no se sulfuró y esperó al siguiente taxi, ella pensó que al igual el taxista no se paraba en la estación, por lo que decidió caminar y colocarse en el sitio donde los turistas se habían subido al taxi. A lo lejos vio otro de estos vehículos y lo llamo, este, lejos de pararse, la ignoró y se paró en la estación de buses para volver a coger a un grupo de extranjeros. En ese momento Cristina explotó y fue a recriminárselo al taxista.

"Estuve diez minutos discutiendo con él", asegura la mujer. El taxista se excusó diciendo que solo coge a la gente en la estación. "Pero si es una estación de buses y no de taxis", exclamó Cristina. Mientras tanto, los turistas se metieron dentro del taxi y se hicieron los 'suecos', como si nada de lo que estaba pasando fuera con ellos.

"Todos los de la parada le estaban diciendo al taxista que estos 'guiris' se habían colado, que yo llevaba un buen rato esperando, pero el hombre no me hizo caso", explica Cristina. "De los nervios no le tome ni una foto a la matrícula ni nada", se lamenta.

El tercer taxi, paró

Al la tercera fue la vencida. El tercer taxista se paró y la llevó. Este le confirmo que ellos no están obligados a coger a la gente en la parada de autobuses, que se coge a la primera persona que los para. "Es una cuestión moral, si vas a una tienda y un hombre se cuela, el de la tienda no le atiende, pues debería ser lo mismo", explicó Cristina.

"No es culpa de los taxistas en general, es culpa de los taxistas sin escrúpulos que por unas monedas de más dejan colgados a los residentes para dar siempre prioridad a los turistas", sentencia Cristina.

Cristina ha puesto una reclamación al ayuntamiento, la cual se encuentra en trámite.