BOULEVARD

Europa prohíbe los «grupos de amistad» como el de Qatar presidido por Bauzá

Armengol pagó su entrada para asistir al monólogo de Juan Diego Botto, que desplazó a Palma a Rodrigo Sorogoyen de ‘As Bestas’,

la presidenta departió

con el actor lorquiano

Escena de ‘Loli Tormenta’, la película póstuma de Agustí Villaronga con guiños mallorquines que se estrenará a finales de marzo.

Escena de ‘Loli Tormenta’, la película póstuma de Agustí Villaronga con guiños mallorquines que se estrenará a finales de marzo. / MUSEU D’ART SACRE DE MALLORCA

Matías Vallés

Matías Vallés

Estallan los sobornos a europarlamentarios en fajos de billetes del Qatargate, y nos enteramos de que el inimitable José Ramón Bauzá preside un fantasmagórico «Grupo de amistad» con Qatar, un país necesitado. El expresident de Balears había disfrutado de estancias de lujo en el emirato, realizó anuncios publicitarios de Qatar Airways en sus redes, predicó las bondades de los jeques desde la tribuna de Parlamento Europeo en Bruselas.

Bauzá «suspende», atención a la cuidadosa terminología, su pachanga euroqatarí al difundirse el escándalo. Ahora, la presidenta del Parlamento Europeo ha redactado un plan de transparencia de catorce puntos para enjuagar el Qatargate. Un capítulo que la maltesa Roberta Metsola considera innegociable prohíbe los controvertidos «Grupos de amistad», para obligar a los países «amigos» de pago a utilizar los canales oficiales.

Es innecesario remarcar que la supresión, no «suspensión», de los «Grupos de amistad» íntima a raíz del Qatargate apunta directamente al chiringuito de Bauzá. Es una prohibición futura que define el comportamiento pasado. Con dos salvedades, para quienes ya se relamen. Siempre que el expresident se ha visto salpicado por un escándalo, hay mucho dinero de por medio. Y siempre ha salido indemne. Apuesten con todo a que se seguirá hablando de la conexión del farmacéutico bipartidista con Qatar.

Consuela que un hotelero como Antonio Horrach Moyá tenga la sensibilidad de acudir al excelente espectáculo lorquiano Una noche sin luna, de Juan Diego Botto. Las dudas sobre la memoria histórica se las podía resolver al empresario su compañera de asiento Francina Armengol, a lágrima viva como el resto del Auditórium. La presidenta pagó religiosamente su entrada, a diferencia de algunos de sus predecesores, y tuvo oportunidad de departir con el actor. Eran las últimas funciones en España, hasta el punto de que Rodrigo Sorogoyen de As Bestas viajó expresamente a Palma desde Barcelona para presenciar el espectáculo. El diputado catalanomallorquín Jaume Asens de Podemos y el periodista Ignacio Escolar también acudieron a la Sala Magna.

A propósito, el hallazgo de los restos de Aurora Picornell y las Roges del Molinar es un fracaso memorable de la memoria histórica. La militante comunista fue asesinada en Manacor, no en Porreres. Las biografías más razonables matizaban la indefinición sobre la ubicación de la muerte, pero la bibliografía sobre el particular incluye un aparatoso caudal de recuerdos de porrerencs sobre un fusilamiento que ni fue tal ni tuvo lugar en el municipio, con la descripción minuciosa de escenas que habrían sucedido en el pueblo sin excluir diálogos contemporáneos verbatim. Los perdedores no se liberan de la poetización de la historia al escribirla, nadie sospechaba que sería contrastada.

Los testimonios recogidos con rigor por los historiadores han sido aniquilados, el resto de recuerdos de los contemporáneos quedan salpicados de historia-ficción. La memoria se construye. La ciencia, a través de la técnica de la PCR que adquirió notoriedad con la covid y que fue creada por un Nobel químico negacionista del sida, ha arrollado a quienes distorsionaron su testimonio como es habitual en los humanos. Cualquier estudioso de la corrupción sabe que un testigo siempre es circunstancial.

Para la industria de la memoria, hubiera sido más beneficioso no descubrir los restos de la sastra mallorquina. No se habla aquí desde la superioridad documental, esta página contiene errores de mayor gravedad que el Porreres por Manacor. Tampoco es el único caso de reconstrucción de hechos imaginarios. En las falsas Claus del Regne que se inventó Cort y promocionó como auténticas, una vez presentadas se aportó una versión fidedigna de su trayecto por la isla, una geografía que las reproducciones nunca habían visitado. La solución está como casi siempre en Miquel Bauçà, a quien sus fingidos adoradores atienden menos de los que debieran. «Encara que sigui bèstia, jo signaria per tal de suprimir el passat, tot, en tots els sentits». Amén.

En la imagen que hoy nos ilustra, el fotograma de Loli Tormenta demuestra que Agustí Villaronga encontró un nicho para sus amistades en su película póstuma con guiños mallorquines, de estreno previsto a finales de marzo. Por cierto, publicamos la foto con la autorización personal del cineasta a esta sección pecadora, formulada días antes de morir.

Reflexión dominical orientada: «Si no sabes adónde vas, siempre llegarás a tu destino».

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