Muere el abogado Rafael Perera, un referente en la historia judicial de Baleares

Rafael Perera participó como defensor en los principales casos de corrupción política que se han perseguido en Mallorca

Hoy ha muerto en Palma el prestigioso y reconocido abogado Rafael Perera, sin duda un referente en la historia judicial de Baleares. Ha muerto a la edad de 93 años, dejando esposa y tres hijos. Su muerte ha provocado una profunda tristeza en el mundo del derecho en las islas, dado que fue siempre una persona querida por su educación y saber estar, y también por su capacidad como profesional. 

Rafael Perera siempre tuvo claro que se iba a dedicar al mundo del derecho, aunque al principio nunca soñó que se iba a convertir en un referente en el mundo del derecho penal. Nació en el año 1929. Estudió en el colegio Montesión, donde coincidió con otros grandes juristas de esta isla. Estudió la carrera de derecho en Barcelona y se licenció en el año 1951. Quería ser notario y se preparó a conciencia para ello, pero las cosas no le salieron como él soñaba y decidió iniciar una nueva trayectoria profesional. Pronto abrió su despacho profesional en las Avenidas de Palma. No había noche, incluidos los fines de semana, que no se apreciara desde la calle la luz encendida del despacho de Perera, porque era de esos abogados que dedicaba todos sus esfuerzos en la defensa de sus clientes. Y es que aparte de su inteligencia personal, Rafael Perera llegó donde llegó gracias a su esfuerzo y a su energía. 

Muchos de sus amigos aún recuerdan el primer caso por el que saltó a la fama. Defendió al pintor Elmyr d’Hory, un experto falsificador que estaba afincado en Ibiza. El Gobierno francés pedía su extradición, pero el abogado lo evitó. A partir de entonces la carrera del abogado estuvo marcada por más triunfos, porque contratar a Rafael Perera suponía ser defendido por uno de los mejores, o tal vez el mejor, abogado que ha tenido Balears en su reciente historia.

Su prestigio profesional le sirvió para ser nombrado magistrado de la Sala de lo Penal del TSJB. Fue nombrado en el año 1997 y estuvo tres años de juez, tiempo suficiente para dictar la primera sentencia por la que se anulaba un juicio con jurado. Perera supo estar a la altura de este nombramiento, que le obligaba a situarse en el otro lado del estrado, pero no le supuso ningún problema.

En el año 2000 se jubiló como magistrado, pero se sentía joven y no estaba dispuesto a retirarse. Siguió al frente de su despacho, acompañado de sus hijos Carmen y Salvador, que seguirán el camino profesional que les ha marcado su padre.

Defensor en los principales casos de corrupción

Rafael Perera participó como defensor en los principales casos de corrupción política que se han perseguido en Mallorca. Defendió a Gabriel Cañellas en el caso túnel de Sóller, consiguiendo su absolución. Y después también asumió la representación de Jaume Matas, pero decidió renunciar al caso porque no estaba dispuesto a que su cliente marcara la línea de defensa que tenía que seguir. 

También fue presidente del Consell Consultiu y reivindicó donde hiciera falta la carencia de medios que sufría este órgano consultivo. Además, en su trayectoria como reconocido jurista también presidió la Academia de Jurisprudencia de Baleares.

Hasta no hace mucho tiempo Perera seguía acudiendo a diario a los juzgados. Era de esos profesionales que intentaba lo que hiciera falta para evitar que su cliente fuera juzgado, pero si no lo conseguía y se celebraba el juicio defendía como pocos lo han hecho para lograr una sentencia absolutoria. Y es que antes de entrar en el juicio Perera había memorizado prácticamente todos los documentos del sumario, porque lo que no estaba dispuesto es que un cliente pudiera salir perjudicado porque él no se hubiera estudiado a conciencia todo el caso que defendía.

Sus enfrentamientos dialécticos con su gran amigo y fiel compañero, el abogado Gabriel Garcías, fallecido recientemente, también formarán parte sin duda de la historia más brillante de la justicia en Baleares. 

La educación, el trato exquisito con todos los que le rodeaban, pero sobre todo su generosidad y esfuerzo personal han marcado la trayectoria personal y profesional de un hombre que, sin duda, será siempre un referente en el mundo de la abogacía en Baleares.

El tanario en recuerdo del fallecido se celebrará mañana por la tarde en el cementerio de Son Valentí, en Palma. El funeral tendrá lugar el próximo lunes en la parroquia de la Santísima Trinidad, en la calle General Ricardo Ortega, a las siete de la tarde. Se espera una presencia multitudinaria en la última despedida del iluestre abogado.