La dimisión de Jaume Far como director de la Oficina de Prevención y Lucha contra la Corrupción sigue siendo uno de los temas que marcan la actualidad política de Baleares. La consellera de Presidencia, Función Pública e Igualdad, Mercedes Garrido, ha afirmado esta mañana en el Pleno del Parlament que Far no tuvo "presiones" y trabajó con "absoluta independencia". Además, ha expresado que la oficina surgió a causa de la corrupción del PP en las islas: "La génesis fue el caso Rasputín, el caso Túnel de Sóller o las actividades del señor Jaume Matas".

El diputado popular Toni Fuster ha explicado que el Govern estaba "incómodo" con Far al frente de la oficina porque querían un director "que estuviera bajo sus órdenes". Fuster ha dicho que las investigaciones por la vacunación de altos cargos del PSOE o la compra de material sanitario "no han gustado" al Govern: "La Oficina es un gran fracaso que solo interesa si es sumisa". También ha recordado el mensaje del nuevo líder de Més per Mallorca, Lluís Apesteguia, en el que ponía el foco de la utilidad de la Oficina Anticorrupción, para dejar entrever que sus socios también piensan lo mismo. El de Deià se vio obligado a borrarlo al poco tiempo.

Garrido ha contestado que la posición del PP es "contradictoria" porque defienden el trabajo de la oficina pero "dicen que no sirve para nada". Por ello, ha argumentado que la creación de esta Oficina Anticorrupción era "obligada" porque el PP puso a Balears en el "top de la corrupción" en España.

Como publicó este diario la semana pasada, según fuentes del Pacto el hecho de que Far deje su puesto en enero obliga a buscar una persona con trayectoria, pero con perfil técnico que pueda asumir el puesto de forma interina.