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Son Cledera, Puig de Lofra y Puig de Maçanella: Estos son los nuevos topónimos de Baleares que propone el Nomenclátor Geográfico

El documento ofrece un catálogo ordenado con 54.000 topónimos con nuevas grafías revisadas por la Universitat de les Illes Balears - "La toponimia que se ha utilizado hasta ahora presentaba errores, incoherencias y usos inadecuados", declara el conseller Miquel Mir

Puig de Massanella, Maçanella según el nuevo Nomenclátor Geográfico S. Schuster

Son Cledera y no Son Cladera. Al igual que Puig de Lofra y no Puig de l’Ofre. Así lo determina el nuevo Nomenclátor Geográfico completo de Baleares presentado ayer por el conseller de Medio Ambiente y Territorio, Miquel Mir; la directora general de Territorio y Paisaje, Maria Magdalena Pons; la directora general de Política Lingüística, Beatriu Defior, y la técnica cartográfica Eulàlia Fons.

Este nuevo Nomenclátor ofrece un catálogo ordenado de topónimos con información sobre la localización, el tipo de entidad geográfica y otra información complementaria que sirva para identificar inequívocamente los topónimos. Además, incluye las nuevas grafías de los topónimos revisadas por la Universitat de les Illes Balears (UIB). Este sería el caso de Massanella, que debe ser Maçanella. El nuevo visor incorpora una serie de herramientas que se han desarrollado expresamente desde el Servei d’Informació Territorial de les Illes Balears (SITIBSA) para facilitar el mantenimiento, la actualización y el acceso a los datos.

Mir declaró que esto significa una «satisfacción enorme» porque va a suponer una fuente de información «muy importante y accesible». También remarcó la importancia de contar con información homogeneizada y normalizada sobre los topónimos de nuestras islas porque «son la base para la representación del territorio en todos sus ámbitos».

En ese sentido, explicó que la toponimia que se ha utilizado hasta ahora presentaba errores, incoherencias y usos inadecuados. Pons argumentó que la principal aportación de estas tareas ha sido la revisión de la localización y la tipología de los 54.000 topónimos «y añadir toda la información que carecía al resto de campos».

"La toponimia que se ha utilizado hasta ahora presentaba errores, incoherencias y usos inadecuados", declara Miquel Mir, conseller de Medio Ambiente

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El hecho de que esté georreferenciado permite situar todos los topónimos de forma precisa e identificarlos inequívocamente. Mir expresó que esta herramienta estará disponible tanto para la ciudadanía en general como para los técnicos y estudiosos que lo necesiten.

La técnica encargada de esta tarea ha sido Eulàlia Fons. Durante la explicación, remarcó que este es el primer paso de un trabajo que debe seguir para ampliar la base toponímica y recabar todos los datos posibles: «Mucha gente que conoce estos topónimos está muriendo o son muy mayores. Por eso tenemos que trabajar con rapidez para que este conocimiento no se pierda»

Presentación del Nomenclátor de les Illes Balears CAIB

Asimismo, Fons reconoció que la zona sur de la isla tiene ciertas carencias respecto a las demás porque han tenido problemas para encontrar información: «Cuesta encontrar a personas que tengan información concreta».

La diferencia entre las distintas áreas de Mallorca es significativa. Así, municipios como Llucmajor o Manacor cuentan con un número mayor de topónimos porque son muy grandes, tienen costa y, los expertos eran muchos. En cambio, poblaciones del sur de Mallorca como ses Salines o Calvià tienen carencias considerables. Un ejemplo de la zona turística de Manacor sería Porto Cristo, que así lo recoge el mapa digital.

La información de partida del Nomenclátor Geográfico es el Mapa Topográfico de les Illes Balears, elaborado por el SITIBSA y la fuente de toponimia georreferenciada y clasificada por tipología más trabajada y extensa, así como el Nomenclátor de Toponimia de las Illes Balears, que es la fuente más amplia en cuanto a topónimos normalizados por el organismo competente. También está el Nomenclátor de Toponimia de Menorca, el proyecto de recogida y normalización de toponimia de la isla.

Desde el Govern han querido hacer una reivindicación de la importancia cultural de los topónimos. Defior expresó que, más allá de la función puramente identificativa, «adquieren por sí mismos un valor simbólico». Por ello, perder los topónimos supondría «una pérdida de identidad muy grande».

Pons declaró que tan importante es la manera correcta de escribirlo como contar con unas coordenadas geográficas concretas y precisas.

Durante estos años, los trabajos de campo han sido fundamentales para abordar este proyecto. Los técnicos han visitado las diferentes zonas acompañados de expertos para situar cada uno de los 54.000 nombres en su ubicación exacta. «Ha sido un trabajo a contrarreloj porque muchos de los expertos ya tenían una cierta edad», apuntó Fons.

El profesor emérito del Departamento de Filologia Catalana y Lingüística General de la UIB, Joan Miralles, ya advirtió hace unos años en una entrevista a este diario que «la conservación de la toponimia no se favorece en las poblaciones con una extensión territorial reducida, como Inca, y que cuentan con un proceso importante de urbanización e industrialización».

En cuanto al proceso de estandarización de los datos toponímicos disponibles, el SITIBSA ha trabajado en la unificación de la información existente con el objetivo de que fuera interoperable a partir de las líneas de implementación INSPIRO, el proyecto europeo que da respuesta a la estandarización de los nombres geográficos. Como explican, esta nueva herramienta está cofinanciada por el Programa Operativo de Fondos Europeos de Desarrollo Regional (FEDERO) 2014-2020 de las Illes Balears.

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