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La demanda de ayuda social cae un 30% en Mallorca por la reactivación del empleo

Se prevé que las campañas de regreso al colegio y Navidad seguirán siendo «muy duras»

El regreso del turismo y la reactivación laboral rebaja la presión en la demanda de ayuda. Manu Mielniezuk

Mayo marca un antes y un después en el impacto que la pandemia ha tenido sobre la demanda de ayuda social. La reapertura de muchos sectores económicos y el inicio de una nueva temporada turística han permitido que las peticiones de auxilio que reciben organizaciones como Cruz Roja hayan caído en torno a un 30%, según los datos facilitados por ésta, aunque sin olvidar que todavía se está lejos de la normalidad de 2019. Pero si en algo coinciden tanto la citada entidad como Cáritas es que desde hace dos meses la población que se volvió vulnerable a causa del coronavirus está viendo mejorada apreciablemente su situación gracias a la paulatina reactivación del mercado laboral. Aunque hay una advertencia adicional: la previsión de que, dado que esta temporada turística va a ser más débil y previsiblemente más corta que la de 2019, se espera que las campañas vinculadas al retorno de los niños a los colegios y las de Navidad sigan siendo más «duras» que las previas a la covid-19.

En mayor o menor medida, el descenso en la demanda de ayuda social es general en Mallorca. Los datos facilitados por la coordinadora autonómica de Cruz Roja, Juana Lozano, apuntan un descenso del 30% en la oficina de Palma, del 50% en la de Manacor, del 20% en Inca, del 20% en Sóller; del 30% al 40% en Felanitx, del 30% en Capdepera, del 20% en Marratxí y del 20% en Alcúdia. Pero además se extiende a las restantes islas, y esta reducción se cifra en un 60% en Eivissa, en un 30% en Ciutadella y en un 30% en Maó.

Tanto la responsable de Cruz Roja como la coordinadora de Acción de Base en Cáritas Mallorca, Bárbara Picornell, señalan que durante la pandemia se incorporaron a las peticiones de auxilio familias que hasta ese momento no habían necesitado de respaldo, muchas de ellas vinculadas al sector turístico.

De este modo, ese perfil del demandante de ayuda social, en el que ya aparecían con un notable peso las personas migrantes en situación irregular, especialmente en el caso de las mujeres con hijos y separadas, se vio incrementado con los trabajadores de la hostelería con contratación temporal que durante el pasado año no encontraron un puesto, o por muchos asalariados afectados por los ERTE. Pero están siendo precisamente estos últimos grupos los que más rápidamente están consiguiendo de nuevo una colocación. «Y cuando la gente tiene un empleo, deja de venir a Cruz Roja», pone en valor Juana Lozano. Por contra, añade Bárbara Picornell, son los migrantes en situación irregular y las personas con menor cualificación las que están teniendo más problemas para salir de esa vulnerabilidad.

Pese a lo expuesto, desde ambas organizaciones se señala la mejoría que desde mayo se está dando en relación a 2020, pero se pone de relieve que las solicitudes siguen superando con creces las que se registraron en 2019, antes de la pandemia.

Como reflejo, los datos facilitados por Cruz Roja: si en todo 2019 se atendió a 23.195 personas vulnerables, y esta cifra creció en 2020 hasta las 65.768, durante los seis primeros meses de este año se está en torno a las 24.000, es decir, el ritmo es muy inferior al del pasado ejercicio, pero en medio año ya se ha ayudado a más demandantes que en todo 2019.

A la vista de que esta temporada turística seguirá sin ser normal, se estima que las peticiones de auxilio volverán a ser muy numerosas cuando los niños regresen a las aulas, y para hacer frente a la Navidad.

En cualquier caso, Juana Lozano subraya el trabajo que han realizado los voluntarios y el apoyo que se ha recibido de las administraciones para poder desarrollar esta labor de apoyo.

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