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La ola de la reactivación económica no llega al comercio mallorquín

La supresión de las restricciones no impulsa unas ventas especialmente débiles en el textil

La mayor debilidad en la demanda se registra en el sector de la moda.

La paulatina reducción de las restricciones sobre varios sectores ha dinamizado las calles de la isla, pero frente a las terrazas llenas de los bares, esa ola de reactivación económica sigue sin llegar al comercio mallorquín, que sufre una apatía en el consumo de la que, según lamentan sus representantes, va a costar salir. Se trata de un análisis compartido tanto por las pequeñas tiendas como por los grandes establecimientos, desde los que se apunta además que la crisis más seria la está padeciendo una de sus ramas más importantes, como es la de la moda y complementos.

La afirmación de que las ventas se mantienen en niveles mínimos es compartida plenamente por los presidentes de las dos patronales del comercio tradicional de la isla, Toni Gayá, de Afedeco, y Antoni Fuster, de Pimeco, que destacan la reducción del gasto que han aplicado en parte las familias residentes, pero también la creciente competencia de las compras por internet que la pandemia ha impulsado, con el agravante de que en el corto plazo no se percibe una posible mejoría, y se destaca que va a ser necesario algún tiempo antes de que los mallorquines recuperen sus hábitos de consumo en los establecimientos locales.

Ese lamento procede también desde las grandes empresas comerciales, desde las que se recuerda además que hace dos años las calles de la isla estaban ya por estas fechas llenas de turistas que elevaban de forma notable el consumo, y que por el momento siguen ausentes.

Tanto Gayá como Fuster se felicitan de que las terrazas de bares y restaurantes aparezcan llenas y estén reflejando la recuperación de uno de los sectores que más lo necesitaba. Pero insisten en que el comercio sigue sin mostrar ese repunte en la clientela.

Impacto por ramas

Aunque se apunta que la apatía en la demanda tiene un carácter general, pequeños y grandes señalan que hay ramas que muestran un mejor comportamiento, como es la tecnología (ayudada por el aumento del teletrabajo), la alimentación o los productos del hogar. Pero se insiste que una de las más importantes, como es la moda y complementos, se mantiene en mínimos.

Gayá señala que el consumo que se realiza en la restauración supone en muchos casos desembolsos relativamente reducidos y además conlleva un acto de reencuentro social, lo que está favoreciendo su rápida reactivación a medida que se amplia su apertura.

Por contra, subraya que la pandemia ha generado un cambio de conductas en el consumo que tardarán más en corregirse, como es una menor renovación del vestuario debido a una escasa vida social y una tendencia a adquirir solo lo imprescindible, un uso más acentuado de las compras on line incluso por parte de personas que no habían empleado esta vía previamente, y la incertidumbre económica. Por todo ello, el presidente de Afedeco vaticina que el comercio va a ser uno de los sectores que más va a tardar en recuperarse económicamente. Gayá reclama la ayuda de las Administraciones para poner en marcha campañas que incentiven la presencia de consumidores en las zonas comerciales.

Los grandes reclaman el festivo perdido

Las grandes empresas comerciales van a reclamar al Govern balear que se les compense la pérdida de uno de los festivos con apertura autorizada más importantes del año, como fue el 3 de enero (muy próximo a la festividad de Reyes), y que a cambio se incorpore el 6 o el 8 de diciembre, puente de la Constitución, sumándose así al 12 y al 19 de ese mes que ya forman parte del calendario de este año. La fecha que se propone se explica porque, al igual que la jornada que se perdió a principios de este ejercicio, la del puente de la Constitución se enmarca también en la campaña navideña.

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