Al ritmo anunciado el pasado miércoles por la consellera de Salud en el Parlament, esta comunidad cumpliría con creces su objetivo de llegar a comienzos de verano con una inmunidad de grupo, lo que según los expertos implica tener vacunada al menos al 70% de la población.

Pero el problema no es tanto el increíble aumento de la capacidad de vacunar publicitado por las autoridades sanitarias, que también, sino una llegada fiable, regular y abundante de dosis que permitan avanzar en la inmunización de la población del archipiélago.

En cualquier caso, llama la atención la increíble capacidad creciente de la vacunación balear que en apenas un mes y medio ha pasado de estimar que podría inmunizar a 80.000 personas semanales a las 260.000 que anunció el pasado miércoles la consellera de Salud, Patricia Gómez, aunque, eso sí, contando con la inestimable colaboración con la potente sanidad privada de esta comunidad.

Y es que si la presidenta del Govern, Francina Armengol, aseguró en un pleno del Parlament celebrado el pasado 2 de febrero que Baleares estaba en disposición de vacunar a 80.000 personas semanales, apenas un mes después, el 8 de marzo, Manuel Palomino, director de gestión del Servei de Salut, elevaba esa capacidad hasta las 120.000 vacunaciones semanales.

Aunque la cifra facilitada por Palomino, en un momento en que ya se habían abierto las 10 líneas de vacunación en Son Dureta y 7 de las 14 del Germans Escales, estaba supeditada a la apertura del resto de líneas de este último polideportivo así como a la puesta en marcha de las 6 del Mateu Canyellas en Inca, de las otras 6 en el hipódromo de Manacor (aún no inauguradas) así como las previstas en los recintos feriales de Maó y Eivissa y los puntos de inmunización masiva de la sala polivalente de Canal Salat, en Ciutadella, y del hospital de Formentera.

Por eso es llamativo que, sin ninguna nueva infraestructura añadida al proceso desde el anuncio de Palomino, ahora la estimación de la consellera contemple 80.000 vacunados más a la semana que entonces.

Y es que el desglose que hizo el propio Servei de Salut tras el anunció de Gómez es que la sanidad pública puede llegar a vacunar a 200.000 personas semanales y que la privada contribuiría con las 60.000 restantes.

Al margen de estimaciones más o menos creíbles, las cifras reales nos dicen que cuando apenas restan diez días para cumplir los tres primeros meses desde que se inició el proceso de vacunación, en Baleares se ha puesto al menos una dosis a 128.239 personas, una cifra bastante similar a la que Palomino se comprometió a inmunizar en tan solo una semana.

Los grupos privados desconocen de dónde ha salido la estimación de su facultad inmunizadora

Contactados los dos principales actores sanitarios privados -Quirónsalud Palmaplanas y el Grupo Juaneda-, ambos afirmaron desconocer de dónde procedía esa estimación de su capacidad vacunatoria. E indicaron que la conselleria de Salud no se había reunido con ellos para recabar su colaboración antes de anunciarla públicamente aunque, por descontado, se mostraron totalmente dispuestos a hacerlo para avanzar en el proceso de vacunación y poder recuperar cuanto antes la normalidad.

Como se recordará, cuando se inició la vacunación contra la covid-19 en este país, el Gobierno central dejó bien claro que el proceso vacunador lo asumiría el Sistema Nacional de Salud, los servicios sanitarios públicos autonómicos, incluso cuando se procediera a vacunar a los profesionales de las clínicas privadas, tanto de primera como de segunda línea de exposición ante el virus.

Esta medida fue cuestionada en Baleares ya que, ante el retraso en las citaciones para vacunar a los sanitarios privados, se realizó una nueva oferta desde este ámbito para inmunizar con más celeridad a sus propios profesionales sin detraer recursos de la pública indispensables para vacunar a más población balear. Una oferta que entonces cayó en saco roto pero que se recupera ahora.