Baleares afronta su salida de la tercera ola de la pandemia del coronavirus con dos "únicos" e innegociables objetivos: salvar vidas y salvar la próxima temporada turística; de no ser así, la comunidad autónoma se vería en una indeseable coyuntura para el Govern, los agentes sociales y la sociedad, como es otro verano más en blanco, sin turistas en hoteles y playas.

Desde que comenzó esta crisis sanitaria y económica, pocas veces se ha escuchado tanta unanimidad en una rueda de prensa de la presidenta del Govern, Francina Armengol, y de los agentes económicos y sociales, como este jueves tras la reunión de la Mesa de Diálogo Social. "En las próximas semanas, nos jugamos el resto del año", ha dicho la presidenta.

Baleares ha aprobado medidas de desescalada, como la reapertura de terrazas en bares y restaurantes en Mallorca, que serán "muy lentas, prudentes y rigurosas", pero si los contagios volvieran a subir serán "muy restrictivas y rápidas" de aplicar.

El Ejecutivo y los agentes sociales dan por vencida la tercera ola con una incidencia acumulada en Baleares por debajo de los 50 casos por cien mil habitantes, y buscan a toda costa salvar la economía turística balear, que lleva ya uno año con prácticamente todos sus hoteles y oferta complementaria clausurados.

La "estrategia común" es reabrir y reactivar la actividad turística: "Es necesario y lo haremos de la manera más segura posible", ha afirmado Armengol.

La presidenta ha sido muy clara cuando ha aludido a la necesidad de "salvar puestos de trabajo", que los ciudadanos puedan abonar sus hipotecas y que la gente "tenga su cesta de la compra asegurada" para afrontar el próximo invierno.

"Necesitamos tener temporada turística; por tanto, en esta línea estamos trabajando desde el acuerdo social", ha explicado Armengol, que ha advertido que una "cuarta cuarta ola supondría más muertos y una situación complicada para estas islas".

Por ello ha requerido el "esfuerzo colectivo" y que todos los ciudadanos cumplan la normativa anticovid: "Debemos ser muy conscientes de lo que nos jugamos como sociedad".

Tal es la preocupación por el verano, que ni el Govern ni los agentes sociales están pendientes de los "cuatro días" que suponen la Semana Santa, que se puede "sacrificar", ha dicho el presidente de la patronal PIMEM, Jordi Mora.

"Lo más importante es controlar la pandemia y evitar la cuarta ola", ha subrayado la líder de la principal patronal, CAEB, Carmen Planas, que también ha requerido ayudas directas del Estado para el sector hotelero y las pymes turísticas.

El secretario general de UGT en Baleares, Alejandro Texías, ha insistido en que hay mucho en juego y que el propósito es que la temporada de verano sea "decente" y "salvar" miles de empleos. "No puede pasar" lo que ocurrió con la segunda ola tras las fiestas de Navidad, ha apostillado.

Mientras tanto, el líder regional de CCOO, José Luis García, ha apostado, ante todo, por "poner en marcha" la economía balear.

La situación en Baleares es de incertidumbre desde el punto de vista sanitario -Armengol se ha referido a la evolución de la cepa británica- y económica.

De momento, el primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson, ha anunciado un plan de reapertura del país en el que se espera poder reiniciar los vuelos internacionales a partir de finales de mayo, lo que sería vital para la comunidad balear, que tiene en británicos y alemanes sus caladeros principales de turistas.

El momento es "muy duro para todos" y la gente está "muy cansada", ha reconocido Armengol, que ha pedido disculpas por las equivocaciones que su ejecutivo haya podido cometer en estos momentos de incertidumbre a nivel mundial, que requieren reinventarse y adoptar soluciones ágiles. A pesar de todo, la presidenta ha pedido "un esfuerzo más".