El colapso hospitalario no es la única secuela sanitaria de la crisis del coronavirus. Los médicos de atención primaria de Mallorca también se hallan desbordados. La creación de un servicio de atención telefónica favorece la distancia física que entorpece el contagio, pero ha supuesto una carga inhumana para los facultativos.

Hay médicos de primaria que atienden a un centenar de pacientes por teléfono al día. Este procedimiento no tiene nada que ver con los avances tecnológicos hacia la medicina digital, sino que limita el intercambio entre el doctor y el posible enfermo a un cuestionario oral. La angustia social ante un posible contagio del coronavirus hará el resto.

Los profesionales sanitarios de los centros de salud señalan que las agotadoras sesiones telefónicas también limitan la efectividad del diagnóstico "a pacientes a quienes no vemos, de quienes no conocemos un solo dato clínico y que no siempre describen sus síntomas con claridad". Además, pasadas treinta o cuarenta llamadas, "es muy difícil mantener la cabeza clara y no mezclar unos casos con otros".

Los médicos de primaria reconocen que la sobrecarga de decenas de llamadas en tan corto lapso temporal introduce un factor aleatorio poco deseable en su trabajo, que se une a la dificultad de realizar las pruebas a los pacientes del coronavirus que probablemente ha causado la acentuada propagación de la pandemia en España.

Los médicos de primaria comparten con sus colegas de atención hospitalaria la precariedad de medios. Mientras que Son Espases se ha levantado ya contra la escasez de mascarillas de calidad o de los equipos de protección, el simple acceso a un teléfono móvil puede ser una odisea en el primer escalón sanitario. Según los facultativos de centros de salud, a más de uno se le ha sugerido que utilice su teléfono privado para proceder a la atención a distancia. Al menos dos profesionales han señalado que se negaron a compartir indiscriminadamente sus datos telefónicos.

El colapso hospitalario se acelera sin un funcionamiento en condiciones de la atención primaria. Sin embargo, los propios médicos destacan que las limitaciones de un carrusel de llamadas con pacientes alejados se suma a la labor diagnóstica impropia que se realiza desde el 061, y que consideran "incluso peligrosa".

Los ciudadanos anónimos se dirigen al 061 en petición masiva de información sobre si sus síntomas febriles o respiratorios se ajustan al coronavirus. La orientación adolecía de retrasos escandalosos. Hay ciudadanos que no habían recibido respuesta tres días después de haberse puesto en contacto con la Administración. La situación empeoró cuando eran médicos o enfermeros quienes se ponían en contacto con el número citado. Los profesionales de la medicina se quedaban estupefactos "ante una voz con acento extranjero que descartaba que nos hubiéramos contagiado y nos diagnosticaba una enfermedad alternativa en un tiempo record, ¿tienen una bola de cristal de la que nosotros no disponemos?"

El pésimo funcionamiento de la fase de detección ha sido decisiva en las pésimas cifras de difusión del coronavirus que presentan España y Mallorca, falseadas hasta esta misma semana por los desvíos y sobrecargas que denuncian los facultativos. La consellera Patricia Gómez destacaba el pasado fin de semana que ni siquiera era necesario recibir respuesta del 061, porque la llamada del ciudadano quedaba registrada y sería respondida sin otra gestión. Este funcionamiento automatizado no se corresponde con la experiencia personal de numerosos mallorquines.

De todas formas, el Govern interpuso numerosos obstáculos entre la consulta preocupada de un ciudadano y el test confirmatorio o tranquilizador de su ansiedad. Los protocolos puestos en marcha por las autoridades sanitarias mallorquinas eran restrictivas al extremo, hasta destacar que "no se realizará el test diagnóstico de rutina a aquellas personas que presenten infección respiratoria aguda leve".

Además, el Govern ha incumplido incluso sus propias normas, como la obligatoriedad del test "al personal sanitario y sociosanitario" aquejado de "infección respiratoria aguda de cualquier gravedad". Entre otras cosas, la llegada de los kits para efectuar las pruebas con cuentagotas ha imposibilitado el cumplimiento de los objetivos propios. Según fuentes de Son Espases, el material disponible se medía en decenas o centenares, muy por debajo de las exigencias en una crisis de esta dimensión.

De este modo, Mallorca ha contado con muchos menos diagnosticados que otras zonas de España, pero con muchos más enfermos circulando libremente y contagiando, según los datos estatales, a una media de tres personas próximas. El propio miércoles, el portavoz estatal Fernando Simón ha destacado que esta limitación había sido un error, y que se aceleraría la puesta en marcha de cuantos tests diagnósticos del coronavirus fueran necesarios.