In Destination Incoming (IDI), conocida antiguamente como Iberoservice, la central de facturación para Europa y de servicios receptivos en destino para los turistas de Thomas Cook, era una empresa solvente. "Ganaba dinero, pero se lo iba prestando a otras filiales del grupo", explican fuentes cercanas a la administración concursal que dirige la liquidación en Palma tras la quiebra de la compañía británica, el pasado 23 de septiembrequiebra de la compañía británica, el pasado 23 de septiembre.

Tras de sí deja unas deudas cercanas a 60 millones de euros. A su pasivo, de 50 millones, hay que sumarle el del proceso del expediente de regulación de empleo (ERE) que terminó con acuerdo el pasado juevesexpediente de regulación de empleo (ERE) que terminó con acuerdo el pasado jueves. En total, la deuda "se incrementará hasta 55 o 60 millones", con "los 6 o 7 millones que pagará el Fondo de Garantía Social del ministerio de Trabajo, otro "acreedor más de IDI que no cobrará".

Como se supo la semana pasada, la plantilla dependiente de IDI, 675 trabajadores -la mayoría en Balears y el resto en Canarias y 14 localizaciones en la península (Barcelona, Salou, Benidorm, Chiclana, Almería y Málaga)- recibirán la indemnización mínima legal, 20 días por año trabajado, con un máximo de 12 mensualidades. Se han negociado siete días más, algo que "no es muy habitual" en un ERE. Sin embargo, ese pago "adicional" está condicionado a que se produzcan cuentas por cobrar en el Reino Unido o Alemania, hoy por hoy imposible, y se ha pactado "asumiendo que es mejor evitar el juicio y que haya paz social".

"El clima de negociación ha sido constructivo, con tensión al principio", comentan las fuentes de la administración concursal, en España en manos de PwC. "No hay dinero ni expectativas de que lo vaya a ver", valoran las fuentes. Los más perjudicados son los proveedores sobre los que recae el grueso de la deuda: guías y transportistas sobre todo, y también restaurantes.

En cuanto a los trabajadores, se concedieron un centenar de permisos no retribuidos, "a los que encontraron trabajo". "El ERE les pilló en medio pero sí entrarán en las indemnizaciones". Otros 400 lograron permisos retribuidos a mediados de noviembre. Cuarenta personas seguirán trabajando en la filial nórdica, Ving, que es una empresa independiente y se ha salvado de la quiebra.

Para junio -auguran las fuentes- la plantilla estará recolocada en otras empresas. El mayor problema es para los mayores de 55 años. "Son casos muy complicados, pero se trabaja con el Gobierno balear y el central en un plan de prejubilación o ayudas a la cotización a la Seguridad Social".

Sin contratos de alta dirección

El proceso hasta alcanzar el acuerdo del ERE ha sido laborioso. Había una disparidad de contratos, con irregularidades. "Algunos fijos-discontinuos ahora reconocidos como fijos o antigüedades difíciles de clarificar, venían de otras empresas del grupo". El personal directivo no tenía contratos de alta dirección, cobrarán la misma indemnización.

IDI no tenía negocios con terceros y al caer la central carecía de actividad. "Tenía 80 millones de activos y 50 millones de pasivos", pero esos 30 de diferencia eran de la matriz.

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