Dos meses y medio después de la quiebra del grupo británico, los trabajadores de Thomas Cook en Palma dan por finalizada la negociación del expediente de regulación de empleo (ERE) con la administración concursal. La plantilla, a través de sus representantes, ratificó ayer el acuerdo por el que se fija su indemnización: 20 días por año trabajado con un máximo de 12 mensualidades. El mínimo que marca la ley en materia concursal.

Además, ayer mismo supieron también que cobrarán la nómina del mes de noviembre. Las indemnizaciones corren a cargo del Fogasa (Fondo de Garantía Salarial) ante la insolvencia de la compañía. Adicionalmente al mínimo legal, lograron 7 días más y otra mensualidad, pero esta indemnización extra queda en el aire. Por ahora no es más que una declaración de intenciones de una empresa ahogada entre deudas y acreedores.

Lo que sí tienen asegurado los trabajadores de In Destination Incoming, la filial española de Thomas Cook, con sede en Son Valentí -que daba trabajo a 675 personas, repartidas entre Balears, principalmente, Canarias y la península- son alrededor de 22.500 euros, en el caso de los que tengan una antigüedad de al menos 18 años en la empresa.

Los trabajadores, que ayer volvieron a encontrarse para votar en asamblea el acuerdo alcanzado entre el administrador concursal, en manos de la firma PwC, mostraron su satisfacción, mezclada con "emoción", explicó Paco, miembro del grupo que tras la quiebra ha liderado las negociaciones. "Ha sido bien recibido por los compañeros", dijo. Al final y con retraso han ido cobrando las nóminas pendientes, septiembre y octubre. La de noviembre, "se pagará antes de Navidad".

Así las cosas, queda la esperanza de que, dependiendo de cómo se resuelvan los procesos concursales en el Reino Unido y Alemania, la plantilla de In Destination Incoming llegue a cobrar esa semana extra ganada en la negociación. "Si entrara cierta cantidad de dinero, unos tres millones de euros, se nos abonaría; es muy difícil", reconoció Andreu Blanco, otro de los portavoces de la comisión de representantes de los trabajadores que se formó ante la ausencia de comité en la empresa.

Tras el acuerdo ratificado ayer, ahora le toca al juzgado de lo mercantil número 1 seguir con el proceso. Blanco espera que le dé "máxima prioridad porque de él dependen 675 familias".

Recolocación en la filial nórdica

Mucho se ha hablado del gran capital humano que había en la sede palmesana de Thomas Cook. Con el capítulo que se cierra con el ERE ratificado el grupo se disgrega. Apenas quedará un reducido número de empleados para finiquitar los flecos que quedan de la empresa.

Otro grupo de alrededor de 40 trabajadores pasarán a Ving, la filial nórdica del extinto turoperador británico. Esta empresa es independiente desde 2007 de Thomas Cook, y ha sido adquirida por el grupo noruego Strawberry y los fondos Altor y TDR Capital. Ving ha mantenido sus operaciones tras la caída de la matriz y sucursales de otros países.

También hay un call center que está interesado en 44 empleados de In Destination Incoming. Al resto de la plantilla le toca volar por su cuenta.

Poco a poco fueron dejando el edificio de Son Valentí. Los primeros, los que encontraron trabajo en octubre, alrededor de un centenar; la mayoría, unos 400, tras los permisos retribuidos que se les concedió a mediados de noviembre.