La caída que la compraventa de viviendas está registrando en Balears no deja de agravarse, en un mercado cuyos precios se sitúan claramente por encima del poder adquisitivo de buena parte de las familias de las islas. Esta tendencia se ha acentuado durante el pasado mes de julio, y eso hace que durante los primeros siete meses de este año se hayan vendido en el archipiélago más de mil residencias menos que en el mismo periodo de 2018, según los datos publicados ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
Concretamente, entre enero y julio del presente ejercicio se han adquirido 8.624 viviendas, con un descenso del 11,7% en relación a las 9.772 que se contabilizaron durante esas mismas fechas del año anterior. Además, el dato de este año es también inferior al de 2017, cuando se alcanzaron las 9.610.
Esta ruptura en la evolución al alza se da en todo tipo de inmuebles residenciales, pero es especialmente intensa en los de segunda mano, que son además los que han alcanzado un mayor peso en el mercado balear.
En concreto, durante los siete primeros meses de este año se han adquirido en las islas 7.017 viviendas usadas, con una caída del 13,3% respecto a las 8.082 de 2018, siendo este capítulo el que explica el notable desplome que está registrando el mercado inmobiliario de las islas.
Pero la vivienda nueva también cae, aunque sea de una forma más moderada. En esos siete primeros meses del año el número de residencias de nueva edificación que se han adquirido se ha situado en 1.610, un 3,9% menos que las 1.677 de 2018.
Esta evolución a la baja, que ya era notable durante el primer semestre de 2019, se ha agravado en julio. Porque durante este mes se han comprado en el archipiélago 1.261 viviendas, con una caída del 21,9% respecto al mismo periodo del pasado año, el recorte más acentuado de toda España. Hay que tener en cuenta que durante julio solo se ha reducido la transmisión de residencias, además de en Balears, en Asturias, Cantabria, Madrid, la Comunitat Valenciana y Galicia, y en estas dos últimas la reducción ha sido mínima. Por contra, en el conjunto de España se ha dado un aumento de un 3,8% durante ese mes en relación al mismo periodo del ejercicio anterior.
Las causas de este notable recorte en la comercialización de inmuebles residenciales de las islas tiene dos causas, en opinión de los representantes del sector inmobiliario: la escasez de producto en el mercado y un precio que se ha situado claramente por encima del poder adquisitivo de buena parte de las familias residentes.
Respecto a la citada escasez, se explica alegando que la vivienda nueva que se edifica en estos momentos sigue siendo insuficiente para atender la demanda, en buena medida a causa de la escasez de suelo disponible. Eso ha provocado que los posibles compradores se hayan lanzado a por los inmuebles de segunda mano (claramente mayoritarios en las ventas en estos momentos), pero los que estaban a la venta también comienzan a agotarse.
Esta escasez de producto frente a la fuerte demanda existente está haciendo que los precios sigan creciendo, dificultando aun más su adquisición.
