"Creo que esta es la mayor fira del año... ¿o es el Dijous Bo?". Ahí está la duda que lanza Marta Coll, propietaria de la tienda Son Vins, asentada normalmente en la calle Blanquerna que desde hoy y hasta el domingo tiene sucursal en el Passeig Sagrera: "No, ésta es mayor porque además de bajar gente de toda Mallorca a esta también vienen muchos turistas".

Las autoridades, con la consellera de Presidencia Pilar Costa a la cabeza ya que Francina Armengol está en Madrid por el REB, han salido del Consolat del Mar y han dado el sus a la fira del Dia de les Illes Balears, acompañados en comitiva por un grupo de xeremiers.

Coll hace quince años que monta su puesto y ofrece sus vinos, sobrasadas, aceites de oliva y embutidos, en la fira . Confía en que la primavera adelantada de este año les alegrará la caja y eso pese a que tiene sus críticas a la organización (como que hayan situado junto a puestos de alimentación como el suyo los baños químicos: muy llamativos este año, eso sí, que son de colorines, pero igual mal ubicados por un tema de higiene, plantea). Sea como fuere, Coll, ataviada con su traje de payesa mallorquina, se prepara para un puente que espera que sea de gran actividad.

En la plaza Drassanes, un trozo de Eivissa se reivindica. En su puesto, Esperança Cardona y Lina Torres lucen su gasulla, el traje de payesa eivissenc. Llevan la versión de trabajo, larga y sin joyas, porque ambas están bien entretenidas bordando un rifacus, las coloridas enaguas que lucen tras la falda. Dos técnicos les están apañando luces para que vean mejor mientras cosen.

Estas representantes de la Associació Cultural Sa Bodega es la primera vez que participan en el mercadillo del Dia de les Illes Balears y lo hacen porque creen importante "contribuir a la unión entre islas" ya que, señala Esperança, "estamos muy cerca y a la vez estamos muy lejos". En su puesto, exponen coloridos rifacus, lazos, pañuelos, espardenyes... Todo hecho a mano, con paciencia, precisión y esmero durante horas y siguiendo el procedimiento que marca la tradición (aunque en el caso de las espardenyas signifique quemarse con la planta de la pita cuando la trabajan) . No lo hacen para ganar dinero:"Lo hacemos para mantener la tradición y para que no se pierda, hace unos años solo quedaban dos mujeres en Eivissa que hacían trajes típicos y no podemos dejar que se pierda". Señala unas cestas de mimbre pequeñitas: "La señora que los hacía ya no los va hacer más, estas son las últimas".

A dos metros de este puesto, una pareja de turistas nacionales expresan su alegría por haber encontrado este gran mercadillo: "Esto debe ser algo como oficial, ¿no? Es muy bonito, como muy Mediterráneo", comentan. Un poco más para allá, una madre y una hija mallorquina se lamentan: "Hay muchas cosas bonitas, hoy era el día para haber traído el bolso grande".

Marta Gil es autora de algunas de esas cosas bonitas. Tras tres meses de creación, en su puesto ByMarta expone sus joyas minimalistas en plata, además de artesanía de cestas de palma, decoradas y pintadas a mano. También es optimista con la fira, a la que acude por cuarto año: "Va muy bien porque es la primera del año, comenzamos la temporada y la gente compra con más ganas porque es la novedad, después en verano y septiembre ya igual la gente se ha saturado más".

El mercadillo estará instalado en la zona del Parc de la Mar, Hort del Rei, Antoni Maura, Passeig Sagrera, plaza Drassanes y Sa Feixina desde hoy hasta el domingo. Además de los puestos, se complementa con distintas actividades, como demostraciones deportivas, un campeonato de pa amb oli, una exposición de esculturas, conciertos y bailes populares o talleres de hierbas eivissenques, por citar solo algunos de las citas que incluye el variado programa propuesto.