Tras una noche toledana y un fin de semana plagado de incidencias, las urgencias de Son Espases amanecieron ayer desbordadas, con un total de 114 pacientes apelotonados en sus pasillos, 72 de ellos pendientes de asignación de camas, tal y como denunciaron los sindicatos de enfermería (SATSE.

El malestar de los profesionales era patente, como lo demuestra el hecho de que el jefe de las urgencias de Son Espases, Bernardí Comas, les recordara a los directores médicos que ayer por la mañana estaban evaluando la presión asistencial que en esos momentos estaban atendiendo al mismo número de pacientes que el equivalente a dos plantas de hospitalización.

Y el problema de esta primera saturación de los servicios de urgencias de los hospitales públicos de Mallorca no hay que atribuirla exclusivamente a la gripe que acompaña a los fríos invernales, ya que la enfermedad contagiosa se encuentra en estos momentos en una fase preepidémica.

Veinticuatro horas en un sillón

Fuentes médicas achacaron la aglomeración asistencial que provoca situaciones tan incómodas y bochornosas como que algunos pacientes hayan pasado hasta 24 horas precariamente instalados en sillones en los pasillos, como muestra la imagen que acompaña a esta información, a un cúmulo de circunstancias.

La primera de ellas, la escasa resolución de Atención Primaria. "En los centros de salud siguen sin poder hacer una simple radiografía de tórax, lo que les obliga a derivar a los pacientes que la precisan a un hospital. Esta inoperancia ya ha calado en la población y muchas personas ya vienen directamente a las urgencias hospitalarias sin pasar antes por las urgencias de Primaria", lamentaba un facultativo de Son Espases.

El propio médico que firmó el parte de guardia tras la noche de ayer resaltó que una de cada cinco de las 455 urgencias atendidas durante la jornada de ayer, tendrían que haber sido solventadas en Primaria.

"No faltan médicos, pero sí enfermeras y auxiliares", señalaba otro facultativo de urgencias que añadía otras causas a la saturación asistencial padecida ayer. "Las urgencias del comarcal de Inca. También ha causado mucho malestar que el sábado un médico de urgencias de Son Llàtzer instara al 061 (transporte sanitario de emergencias) a no llevarles más pacientes porque también estaban saturados. Por último, el TAC del hospital de Manacor y todo usuario que precisara esta prueba también nos llegó a nosotros", resumió los detonantes de lo que definió como una "tormenta perfecta" que provocó el caos vivido ayer.

En el transcurso de la jornada la situación se fue normalizando y fuentes del IB-Salut aseguraron que a las tres de la tarde había 21 pacientes pendientes de ingreso en Son Espases, 23 en Son Llàtzer, 10 en el comarcal de Inca de los que 7 ya tenían cama asignada y otros tres esperándola en el comarcal de Manacor.