Los trabajadores del 112 y de Emergencias advirtieron al Govern, diez días antes de la riada mortal de Sant Llorenç, de la falta de personal y de las deficientes condiciones de los trabajadores englobados en la empresa pública Geibsau que gestiona el 112. El documento, registrado por el comité de empresa en la Dirección General de Emergencias, también alertaba del peligro que suponía en época de riesgo de inundaciones tener a trabajadores con "jornadas laborales como carreras a contrarreloj para asumir el volumen de llamadas recibidas y gestionadas por una plantilla mermada y sin refuerzos, con un resultado lesivo para ellos, que está afectando a su salud".

Es por ello que desde primera hora de la tarde del fatídico 9 de octubre los operadores del 112 no pudieron atender unas 1.000 llamadas, tal y como reconoció la consellera Cladera. Joana Parra, representate del CCOO en el comité de empresa del 112, aseguró ayer que "se vivieron momentos muy críticos con el personal que había en aquellos momentos porque era imposible asumir las más de 2.000 llamadas".

El Partido Popular ha solicitado a la conselleria de Hacienda y Administraciones Públicas que le facilite el documento entregado por los trabajadores 10 días antes de la riada del Llevant donde alertaban del peligro que supone tener el servicio sin la plantilla adecuada, así como el registro de llamadas y la activación de las alertasregistro de llamadas y la activación de las alertas.

Plan de Inundaciones

También, se ha cuestionado que en aquellos momentos no estaba todo el personal necesario en el 112 para atender a las llamadas y poner en marcha el dispositivo de emergencias. La consellera Catalina Cladera, durante su comparecencia del martes en el Parlament, lo negó y aseguró que en el 112 había un jefe de sala y cinco operadores, además de un jefe y dos técnicos de guardia de emergencias. No obstante, Juana Parra explicó ayer que "solo había cuatro operadores y, en algunos momentos, llegaron a cinco porque el turno de tarde se quedó a ayudar, cuando la empresa tiene reconocida la necesidad de ocho empleados".

Por otra parte, el Govern ha cargado duramente contra la Agencia Estatal de Meteorología cargado duramente contra la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) por la falta de predicción de las lluvias torrenciales del pasado día 9 de octubre. Alegaron que la activación de las alertas meteorológicas "llegaron tarde". Sin embargo, el Govern tiene potestad para activar los servicios de emergencias y los niveles de alerta sin necesidad de tener un aviso de la Aemet.

El Plan Especial de Riesgos de Inundaciones, que data del año 2005 y es el que está actualmente vigente, explica que "los estados de alerta se pueden dar por dos vías: mediante sistemas de alerta meteorológica por fenómenos adversos del Instituto Nacional de Meteorología -ahora Aemet- o por el seguimiento pluviodrológico mediante la confirmación de la situación de riesgo. Esta fase se puede activar en caso de producirse lluvias intensas sin aviso meteorológico previo". En este último caso se activa con las llamadas del 112, mediante contacto con los ayuntamientos y fuerzas de seguridad. Cosa que Emergencias, según el relato la consellera Cladera, no realizó ya que contactaron con el alcalde de Sant Llorenç, Mateu Puigròs, sobre las 22 horas. Este plan también apunta que se debe declarar el índice de gravedad por inundaciones entre el 1 de septiembre y el 30 de noviembre en Balears y se recomienda reforzar el personal en esa época.

Un dato curioso es que la dirección general de Emergencias realizó un simulacro de inundaciones en Alcúdia en el año 2016. En aquel simulacro se activó la alerta, incluso movilizando a la UME con lluvias de 100 litros por metro cuadrado, las mismas que estaban cayendo entre Artà.

Govern admite el colapso

La portavoz del Govern, Pilar Costa, admitió ayer que la noche del 9 de octubre, cuando se produjo la riada mortal en Sant Llorenç, los operarios del 112 resultaron insuficientes para atender la avalancha de llamadas telefónicas que recibieron, si bien aseguró que "eso no significa que quedara gente desatendida porque el personal efectivo ya había acudido a la zona de la catástrofe, como lo demuestra que fueran asistidas 342 personas, de las que 54 fueron rescatadas de sus vehículos o domicilios particulares".

"Esa tarde hubo un alud de llamadas, se multiplicó por cuatro o cinco el número y con más de 2.000 llamadas se produjo un momento punta en el que no todas pudieron ser atendidas", dijo Costa tras el Consell de Govern al ser preguntada por este asunto.

La portavoz del Ejecutivo afirmó que el operativo que estaba trabajando en el 112 en esa fatídica noche era el "necesario" para dar respuesta "a la situación que había decretada" en referencia implícita a la tardanza por parte de la Aemet en decretar la alerta roja, y que por las informaciones de las que disponía sí había un jefe de sala esa noche en el 112.

Costa consideró que, "sin huir" de la necesidad de analizar las cuestiones que "haya que mejorar", también hay que destacar "el trabajo que se hizo".