La mujer rescatada en el Mediterráneo por el buque de la ONG Proactiva Open Arms permanece ingresada en Son Espases un mes después de su desembarco en Palma. Josefa, camerunesa de 40 años, está "estable", según afirmó a este diario una portavoz de la Cruz Roja, pero todo lo relativo a su estado de salud permanece en secreto.

Convertida en uno de los símbolos del drama humano que se vive casi a diario en el Mediterráneo central, Josefa fue trasladada al hospital universitario inmediatamente después de desembarcar para recuperarse de un naufragio que a punto estuvo de costarle la vida. Los activistas y voluntarios del buque Open Arms, entre los que se encontraba el jugador de la NBA Marc Gasol, la descubrieron flotando, aferrada a los restos de la patera en la que navegaba antes de ser abordada presuntamente por una patrullera de Libia. Llevaba casi 48 horas a la deriva y junto a ella emergían los cadáveres de un niño que acababa de morir y de otra mujer.

Los cuerpos fueron trasladados al Instituto Anatómico Forense, mientras Josefa recibía un visado provisional de 45 días para permanecer legalmente en España y era ingresada en Son Espases en estado de shock

También permanece en un interrogante dónde vivirá cuando haya recibido el alta hospitalaria. El plazo de su visado concluirá durante la primera semana de septiembre, y según la Cruz Roja Josefa todavía no ha solicitado formalmente asilo en España, lo que le permitiría alargar su estancia varios meses más mientras tramita, en caso de desearlo, una residencia permanente.

El proceso que arrancará cuando pida asilo depende del Gobierno central, que en última instancia decidirá si se queda en un centro de acogida de Balears o será derivada a otra comunidad autónoma. En caso de permanecer en el archipiélago, se baraja alojarla en el albergue para refugiados de la Playa de Palma que gestiona Cruz Roja o en el convento de Son Rapinya que ya da cobijo a varios de los inmigrantes que en junio llegaron a la península a bordo del Aquarius.

Los activistas de Proactiva Open Arms, con Óscar Camps al frente, desean que Josefa tenga estatus de testigo protegido al entender que el naufragio en el que casi pierde la vida fue provocado por una patrullera libia. Las acusaciones de la ONG, que denunció los hechos en el juzgado de guardia de Palma para que se abriera una investigación, se extienden también a Italia por omisión del deber de socorro.

Tampoco se sabe demasiado de los motivos que llevaron a la mujer a arriesgar la vida en un incierto viaje a Europa por mar. "Soy de Camerún, escapé de mi país porque mi esposo me golpeó porque no podía tener hijos", acertó a declarar al medio italiano Internazionale, presente en el momento del rescate.

En sus primeros días en Son Espases la camerunesa recibió asistencia psicológica para ayudarla a sobrellevar el trauma sufrido en el mar, a medio camino entre la costa libia y la italiana. "Josefa está en un estado de shock , explicó Camps poco después de atracar en Palma.

La ONG considera que el naufragio pudo saldarse con más víctimas, aparte de Josefa y los dos cuerpos encontrados.