La noticia emocionó a muchos ayer: el Premio Nobel de Física de este año ha sido concedido a la detección de las ondas gravitacionales, un hito científico que ha contado con la aportación del Grupo de Relatividad y Gravitación (GRG) de la Universitat de les Illes Balears (UIB).

El grupo liderado por la menorquina Alicia Sintes y Sasha Husa es el único equipo español que ha colaborado con la iniciativa internacional LIGO ( Laser Interferometer Gravitational-wave Observatory, Observatorio de ondas gravitatorias por interferometría láser) desde sus comienzos.

La doctora Sintes aseguró que se siente muy "satisfecha" por el reconocimiento de este "hito para la historia de la ciencia", que es importante por el hallazgo y porque "reconoce el trabajo de mucha gente". "Se ha reconocido que la ciencia básica es interesante y relevante", afirmó. Asimismo, la doctora manifestó que espera que LIGO y Virgo, la "nueva generación de detectores", revelen "más descubrimientos que revolucionen nuestra concepción del Universo". No obstante, Alicia Sintes reconoció que el grupo de investigación no pensaba lograr detecciones de ondas gravitacionales antes de finales de esta década.

El doctor Sascha Husa, profesor de la UIB y miembro del GRG, subrayó que la selección de los galardonados destaca la "importancia del trabajo en equipo de físicos teóricos y experimentales" para conseguir la detección de las ondas gravitacionales.

Se pone en valor la ciencia

El Nobel no es el único premio que ha recibido este éxito científico. A nivel estatal, recibieron el Princesa de Asturias de Investigación Científica 2017. Según manifestó la científica menorquina, estos reconocimientos son muy importantes para que se valore que la ciencia es "imprescindible y fundamental", y que sus hallazgos no "no solo revierten en el conocimiento, sino también en el "desarrollo de la sociedad en general a largo plazo".

La doctora Alicia Sintes también comentó que "los premios han aumentado el interés por el campo de las ondas gravitacionales, que es un campo emergente". Lo confirma, dijo, que antes eran el único grupo del estado español que participaba con LIGO, y ahora ya son dos: el GRG de la UIB y un grupo de investigación de la Universidad de Valencia (UV), dirigido por el profesor José Antonio Font. Además, Sintes asegura que cada vez reciben más invitaciones para participar o asistir a congresos y para dar conferencias con el objetivo de difundir el hallazgo científico. La "proyección" que les ha dado el descubrimiento de las ondas gravitacionales es "mucha más" de la que se hubieran imaginado, afirmó la científica.

Al mismo tiempo, continuó Sintes, aumenta el interés por la ciencia en general, ya que, según afirmó ayer, los alumnos inscritos este año en el grado de Física de la UIB son "muchos más que los del año pasado". El rector de la UIB, Llorenç Huguet, aseguró que los premios "ayudan a ver la importancia de la ciencia y crean interés".

Huguet quiso felicitar a la doctora Alícia Sintes, al doctor Sascha Husa y a todo su joven equipo, en un día que calificó de "emocionante" para la Universidad.

Quién recibirá el Nobel

Los investigadores premiados y que, por tanto, recibirán el premio Nobel son Rainer Wiess, Barry C. Barish y Kip S. Thorne, cofundadores del proyecto científico LIGO, con el que la UIB participa desde 2002. Con este interferómetro se consiguió la detección de las ondas gravitacionales por primera vez el 14 de septiembre de 2014.

Según informa Efe, el fallo de la Real Academia Sueca de las Ciencias, Rainer Weiss, Barry C. Barish y Kip S. Thorne han obtenido este prestigioso premio por su "decisiva contribución al detector LIGO y la observación de las ondas gravitacionales". Destacan también su "entusiasmo y determinación", con el cual lograron "de forma inestimable" poner en marcha este proyecto internacional.

En su Teoría de la Relatividad General, Albert Einstein descubrió que los objetos que se mueven en el Universo producen ondulaciones en el espacio-tiempo y que estas se propagan por el espacio. De esta manera, el físico alemán predecía la existencia de las ondas gravitacionales, aunque demostrar de manera directa su existencia era el último reto pendiente de la Relatividad.

Durante décadas los astrónomos acumularon evidencias claras de que las ondas gravitacionales podían existir, pero hubo que esperar hasta el 14 de septiembre de 2015 para que el observatorio LIGO las detectase. El anuncio al mundo, no obstante, no se hizo hasta febrero de 2016.

Desde entonces, LIGO ha vuelto a detectar tres veces más las ondas gravitacionales, hazaña en su día elegida por la revista Science como el descubrimiento de 2016.

Pero detrás se oculta el trabajo de cientos de investigadores de todo el mundo, encabezados por el físico estadounidense nacido en Alemania Rainer Weiss (Berlín, 1932), inventor de la técnica interferométrica láser en la que se basa el LIGO y quien en su día se preguntó "cómo pudo Einstein saber esto" (en referencia a la existencia de las ondas).

Las ondas gravitacionales marcan el inicio de una nueva era en astronomía porque el Universo es casi transparente para ellas, lo que permitirá observar fenómenos astrofísicos que de otra manera permanecerían ocultos.

Ante otras revoluciones, celebremos la revolución astrofísica y miremos al mundo por la nueva ventana que nos brinda la ciencia.