El fiscal reclama 42 años de cárcel para Pere Barceló, exsacerdote y antiguo párroco de Can Picafort, al que imputa varias violaciones a una niña de diez años de edad entre 1997 y 1998. La defensa de Barceló solicitará la libre absolución al postular que nunca cometió esas agresiones sexuales.
La acusación particular en nombre de la víctima deberá redactar su escrito de calificación. El Obispado ya ha compensado económicamente a la denunciante.
Barceló se halla en libertad y no ha estado privado de libertad por esta causa, que fue denunciada en 1998 por un antiguo catequista de esa parroquia. El caso fue archivado la primera vez, pero se reabrió hace algunos años cuando la víctima, por entonces de 24 años, decidió denunciar los abusos tras años de sufrimiento en soledad.
La víctima admitió en su declaración que negó los presuntos abusos investigados en 1998, porque en aquellos momentos "era menor de edad" y estaba "amenazada y coaccionada" por el sacerdote.
Según el testimonio de la joven, el expresbítero abusó sistemáticamente de ella entre 1997 y 1998, cuando la niña contaba 10 y 11 años de edad, respectivamente. La víctima asegura que el cura la forzó a mantener relaciones sexuales de diferente índole, llegando al punto de consumarse "la violación" en varias ocasiones durante esos dos años, siendo ella menor de edad.
En la rectoría y un coche
Los supuestos abusos se produjeron en la rectoría de la parroquia de Can Picafort y en una casa particular que el sacerdote poseía en Cala Rajada. A Barceló se le abrió un procedimiento penal canónico en marzo de 2011 tras haber sido denunciado ante el obispado por la misma joven. Inicialmente, fue apartado cautelarmente de sus funciones pastorales.
Al primer testimonio se sumó el de otras dos víctimas. Las tres lo denunciaron además ante la Guardia Civil, lo que dio lugar a unas diligencias en el juzgado de instrucción 3 de Inca. Fruto de esas pesquisas es la acusación contra el exsacerdote por las presuntas violaciones a la menor de edad.
El rector de Can Picafort, apartado cautelarmente de la parroquia desde principios de 2011, fue considerado en 2013 culpable por el tribunal eclesiástico que le juzgó por haber abusado sexualmente de varias niñas menores de edad. Pere Barceló Rigo fue condenado a la máxima pena canónica, que conlleva la expulsión del ministerio sacerdotal.
Se trató del primer cura de España al que la Iglesia católica aplicó la llamada doctrina de la "tolerancia cero", impuesta por el anterior Papa Benedicto XVI para atajar los escándalos de pederastia en el seno de la institución. El pontífice ordenó a todos los obispos que investigaran las denuncias contra sacerdotes por abusos sexuales a menores, y que paralela o independientemente de la Justicia ordinaria, éstos fuesen juzgados según el Derecho canónico.
