­El sector oficialista en el PP ha tirado la toalla. El candidato impulsado por José Ramón Bauzá y José María Rodríguez para plantar cara al sector crítico, Jaume Bauçà, aceptó ayer que el actual secretario general, Miquel Vidal, sea el presidente provisional del PP hasta el congreso de principios de 2016.

El pasado miércoles ambas facciones habían llegado a este acuerdo y un día después fue ratificado por el PP nacional. Sin embargo, Bauçà -empujado por los rodriguistas- rompió el pacto y anunció que presentaría batalla en el comité ejecutivo provocando una votación. Este fin de semana sopesó los pros y los contras y finalmente decidió retirarse de la carrera para la presidencia.

Ayer por la mañana Vidal se reunió con Bauçà y el líder de los críticos, Sebastià Sagreras. El primero anunció que se retiraba y aceptaba el acuerdo. Sagreras ya había aceptado el pacto el jueves y consideraba a Vidal presidente. Ambos representantes de los sectores enfrentados coincidieron en que era preciso acabar con el espectáculo de la guerra interna vivida en las últimas semanas y era el momento "de trabajar para el partido y preparar las elecciones generales". Tanto Sagreras como Bauçà no serán vicepresidentes, como se había acordado en un principio para aglutinar a los representantes de los dos bandos del partido. La actual estructura de mando del PP se mantendrá con Vidal y únicamente se deberá nombrar a un secretario general que le sustituya a él como nuevo número dos del partido.

Algunos barones del PP consultados por este periódico indicaron que estaba claro que desde el jueves los críticos apoyaban a Vidal. Lo que ocurre es que Bauzá y Rodríguez "no habían tirado de las matemáticas para ver que si se presentaban a una votación contra Vidal y la gente de Sagreras, Company e Isern no la podían ganar". De hecho, el propio José Ramón Bauzá ya aceptó el viernes que su número dos le sustituyera. Básicamente eran los rodriguistas los que animaban al exalcalde de Montuïri, Jaume Bauçà, a dar la batalla.

Una vez aparcadas las disputas, ayer Vidal anunció que el próximo jueves se celebrará el comité ejecutivo que debe elegir al presidente. Se trata de un órgano integrado por 120 personas. El futuro presidente del PP indicó que si alguien lo pide se someterá a votación, pero espera que su elección sea por consenso. De igual modo, el mismo día se celebrará la ejecutiva regional que ratificará la elección.

Secretario general de Palma

Miquel Vidal reconoció a los periodistas que había hablando con José María Rodríguez sobre la situación del partido y el presidente de Palma aceptó su candidatura. Vidal deberá nombrar ahora a un secretario general que le sustituya. El nuevo máximo responsable del PP reconoció que si él es de la part forana, lo lógico es que el secretario general sea de Palma. Se apunta en este sentido que puede haber entrado una negociación con el sector de Rodríguez con el objetivo de calmar la convulsa situación interna que vive el partido hegemónico de Balears desde las elecciones del pasado 24 de mayo. El nuevo secretario general se deberá escoger de entre los 20 miembros de la actual junta directiva regional.

Miquel Vidal será el encargado de organizar el congreso de principios de 2016 que deberá elegir al nuevo líder popular. Será un congreso que se votará mediante el sistema de un militante un voto, tal y como ya puso en marcha Bauzá en las últimas citas congresuales. En este punto hay consenso total entre todos los sectores del PP.

Sin embargo, donde se pueden volver a reproducir los enfrentamientos es en la confección de las listas para las elecciones generales de noviembre o principios de diciembre. Vidal será el encargado de confeccionar la candidatura y de elegir al cabeza de cartel para acudir al Congreso de los Diputados. El sector de Bauzá y Rodríguez había lanzado la ofensiva en contra de los críticos porque sabía que, si los díscolos se hacían con el mando del partido, el candidato no seria otro que Mateo Isern. De hecho, Rodríguez propuso a su protegido, Álvaro Gijón, como alternativa.

Ayer Miquel Vidal reconoció que uno de sus cometidos era la lista a las elecciones generales. No obstante, acto seguido recordó: "Desde Balears propondremos una candidatura, pero debe ser ratificada por el comité nacional". Ello quiere decir que la última palabra la tendrá Madrid y este periódico ya adelantó que el elegido por Génova no era otro que el exalcalde de Palma. Entre otras cosas porque en Madrid creen que es el que puede conseguir un mejor resultado electoral.

El futuro nuevo presidente regional del PP confía en que las disputas internas se acaben con su nombramiento. "En nuestro partido no hay facciones. Las peleas de las últimas semanas son propias de una gran familia como es la nuestra. Siempre hay alguna disputa y eso es lo que ha ocurrido", aseveró Vidal.