La idílica relación que mantenía la fundación Kovacs con las autoridades sanitarias de esta comunidad parece que comienza a deteriorarse. O al menos esta es una lectura que puede hacerse tras comprobar que el dinero público que percibió la organización de la espalda en 2014 ha menguado un 25% respecto al recibido un año antes, según datos facilitados por el propio Servei de Salut.
Y podría romperse de forma definitiva cuando se conforme la nueva mayoría que regirá el destino de las islas en esta legislatura ya que tanto el PSOE, como Més y Podem no están de acuerdo en mantener las derivaciones de pacientes públicos a esta fundación.
La propia Francina Armengol, candidata socialista a la presidencia del Govern, ya adelantó en una entrevista chat realizada en este diario antes del 24-M que no mantendría el concierto con Kovacs ya que, justificó textualmente, "después de los recortes del PP en la sanidad pública hay prioridades mucho más importantes para los ciudadanos".
En cifras absolutas, el año pasado la fundación Kovacs recibió un total de 648.007 euros, 215.902 menos que en 2013, cuando los emolumentos percibidos por las intervenciones neurorreflejoterápicas realizadas a pacientes derivados por el Servei de Salut ascendieron hasta los 863.910 euros.
No obstante, la cantidad transferida del erario público a las arcas de la fundación Kovacs en ese año ya había menguado significativamente con respecto a la percibida en 2012 y que rozó el millón de euros (996.904).
Así tomando como referencia este último año, en tan solo dos ejercicios los ingresos de Kovacs por la terapia de grapas que aplica a los pacientes con dolor de espalda han menguado más de un tercio, un 35% en concreto.
Y, en buena medida, el mayor responsable de esta rebaja es el conseller Martí Sansaloni que, como se recordará, asumió el cargo en octubre de 2012 tras un agitado comienzo de legislatura en el que pasaron por la Conselleria la ibicenca Carmen Castro y, de forma efímera, Antoni Mesquida.
Riesgo compartido
El joven conseller ideó e implantó un nuevo contrato de riesgo compartido con la fundación Kovacs cuya principal novedad estribaba en que el IB-Salut pasó a pagar una cantidad fija por la realización de todas las consultas sucesivas y la técnica de grapas durante un máximo de tres meses.
Tras este periodo, el paciente retornaba a la sanidad pública donde su médico de cabecera, que era el profesional que le había derivado a la fundación Kovacs, tenía tres opciones: darle el alta, reenviarle de nuevo a los tratamientos de grapas o, en caso de no apreciar síntomas de mejora en el paciente, remitirle a otro recurso asistencial público.
Así, Kovacs pasó a cobrar en función de los resultados obtenidos y los enfermos ya no quedaban como antes en sus manos de forma indefinida hasta su alta médica realizándole consultas, intervenciones y reintervenciones a su libre albedrío.
Informes de fiscalización sobre estos contratos públicos con la fundación Kovacs emitidos por el Consell Consultiu revelaron que los supuestos especialistas de la espalda cobraban 48,71 euros por cada consulta; 632,55 por la primera colocación de grapas al paciente y una cantidad algo inferior, 442,79 euros, por cada nueva reintervención de neurorreflejoterapia, que es la manera en la que la propia fundación designa a esta técnica.
Sin embargo, el citado contrato de riesgo compartido que impulsó Martí Sansaloni fijó que Kovacs percibiera una parte fija por la colocación de las grapas y otra variable por la consecución de tres indicadores: un 50% por la mejoría clínica del paciente, un 30% por la reducción del consumo de fármacos y el 20% restante en función de la cirugía de columna vertebral que se evitara al Servei de Salut.
Este mayor celo sobre el destino que se da al dinero público podría estar detrás de la caída en desgracia del conseller Martí Sansaloni, al que el todavía president del Govern, José Ramón Bauzá, "descabalgó" de las listas del PP al Parlament.
No hay que olvidar que en el Patronato de la fundación Kovacs, su máximo órgano de representación y gobierno, figuran miembros muy influyentes como el rey Juan Carlos I, el ministro de Sanidad Alfonso Alonso o el propio president en funciones de esta comunidad.
