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Código trauma

Empieza la temporada alta del 'balconing'

Los profesionales del Código Trauma de Son Espases para atender a los pacientes que han sufrido algún traumatismo de riesgo vital están preocupados

Empieza la temporada alta del 'balconing' Foto de grupo de los especialistas que activan el Código Trauma con Montero, Rocandio, Homar y Llabrés situados primero, segundo, cuarto y quinto por la izquierda.

"Sí, la temporada ha arrancado con fuerza. Con tanta que los pacientes ni siquiera nos están llegando. Fallecen en el lugar del accidente", lamenta Javier Homar, médico intensivista de la UCI de Son Espases. "En el mes de mayo suele comenzar nuestra temporada alta de balconing. Y este año hemos empezado como el pasado o peor", revela Mónica Llabrés, facultativa del servicio de urgencias del hospital de referencia. "¿Por qué? Probablemente porque en esta época vienen muchos jóvenes en viajes de estudios a Mallorca", apunta Elena Rocandio, cirujana general y del aparato digestivo.

Todas estas especialidades médicas, junto al personal del 061 que actúa en el lugar del accidente, son los recursos humanos que participan en el Código Trauma que pone en marcha el hospital de Son Espases para atender a los pacientes que han sufrido un accidente grave que les ha provocado un traumatismo que pone en riesgo su vida.

Como explica Xavier González Argenté, jefe del servicio de Cirugía General y Digestiva del hospital de referencia, Mallorca y el verano son los dos ingredientes fundamentales para elaborar un cóctel explosivo en lo que a condiciones favorecedoras de más accidentes con politraumatismos se refiere. La enorme afluencia de turistas en estas fechas provoca más accidentes de tráfico, más ciclistas atropellados, más excesos de alcohol con episodios de balconing y más percances náuticos, ya sea por saltos desde gran altura al mar o porque una barca pasa por encima de un bañista, enumera este especialista las principales causas de estos traumatismos que ponen en riesgo la vida de las personas que los sufren y que deja claro que no hay que limitar a los casos de balconing que se suelen llevar casi toda la atención mediática.

"Lo que está claro, y la estadística no dejan lugar a dudas, es que los traumatismos constituyen la primera causa de muerte entre los pacientes menores de 40 años así como la primera causa de invalidez y tetraplejia en los jóvenes", revela Xavier González.

El jefe de servicio se ufana de que solo en el hospital de Son Espases se pueda poner en marcha el Código Trauma, un protocolo que puede llegar a activar a médicos de urgencias, a neurocirujanos, a traumatólogos, a cirujanos generales, torácicos o vasculares y a radiólogos que, en estrecha colaboración con los primeros auxilios que prestan los servicios de emergencia del 061, permiten actuar con rapidez y eficiencia con este tipo de pacientes politraumatizados.

El doctor Xavier González recuerda el término médico conocido como la hora de oro, lapso de tiempo que abarca desde los primeros minutos después del traumatismo hasta 1 ó 2 horas de ocurrido, donde el paciente debe de recibir atención médica con soporte de vida y estabilización para lograr su recuperación. De una buena atención en esta etapa dependerá que el paciente se salve de la muerte o tenga secuelas de mayor o menor importancia.

En esta hora de oro juega una papel fundamental la asistencia extrahospitalaria, aquella que atiende ya inicialmente al paciente en el lugar del accidente y en la que los equipos de emergencia se ponen en contacto con el hospital receptor para explicarle qué le va a llegar, los registros y escalas de gravedad del caso en concreto para que todo esté preparado para que sea atendido sin ningún tipo de demora a su llegada al centro sanitario. Porque el objetivo es conseguir un tratamiento definitivo para el accidentado en el menor tiempo posible para no solo reducir la mortalidad en estos procesos traumáticos sino también aminorar las secuelas de ellos.

En esta fase extrahospitalaria se activan unos recursos asistenciales que son los primeros en llegar al lugar del accidente y actuar que o bien pueden ser los servicios de emergencias médicos del 061, Bomberos, Policía, Protección Civil o Cruz Roja. Allí, especifica el doctor González, se aplica el paciente el abcd de la resucitación para estabilizar al accidentado y poder trasladarlo al hospital en las mejores condiciones posibles.

Pedro Montero, coordinador de enfermería del 061, revela que al lugar en el que se ha producido el accidente se desplazan como mínimo dos ambulancias, una de soporte vital básico con dos técnicos y otra de soporte vital avanzado que va dotada con un técnico que actúa al mismo tiempo como conductor y con una enfermera y un facultativo.

"En el lugar se valora el estado del accidentado y se le estabiliza antes de trasladarlo al hospital. En estos casos en los que hay que actuar con suma rapidez lo que más nos inquieta es no poder acceder al paciente. Imagínate que está atrapado en el interior de un vehículo y hay que esperar la llegada de los bomberos para que lo liberen y podamos actuar nosotros", revela el coordinador de enfermería.

Xavier gonzález Argenté, jefe de Cirugía General y del Aparato Digestivo de Son Espases.

"El médico regulador del 061 llama al jefe de guardia de Urgencias de Son Espases y le informa del paciente que está en camino", retoma el relato Mónica Llabrés, facultativa de este departamento. Una vez llegado al hospital, es atendido en la sala de críticos de Urgencias por un equipo formado por dos médicos de urgencias, dos de UCI, un cirujano general, un radiólogo para las pruebas diagnósticas y un enfermero del Banco de Sangre que determina el tipo sanguíneo del paciente.

Control de daños o curación

En esta primera evaluación se le hace una ecografía y una radiografía o, en el caso de que sea necesario determinar con mayor precisión la gravedad de las lesiones, un tac de cuerpo completo. Los especialistas recalcan que antes de someter al paciente a esta prueba ha de estar perfectamente estabilizado. "Dependiendo de su estado procedemos a darle un tratamiento de sus lesiones para salvarle la vida, una cirugía de control de daños, o un tratamiento ya definitivo y curativo", resume la cirujana Elena Rocandio.

Tras la intervención, el paciente politraumatizado pasa a la Unidad de Cuidados Intensivos, servicio en el que permanecen un mínimo de 24 horas para ver cómo evoluciona. El intensivista Javier Homar revela que en cuatro de cada diez pacientes ingresados en la UCI por politraumatismos graves hay presencia de tóxicos, ya sea alcohol u otras sustancias.

Y aporta otros datos. Como que el número medio de pacientes atendidos en esta unidad al mes es de trece y que en 2014 el servicio atendió a 146 pacientes de estas características. La edad media fue de 43 años, más baja que en los registros nacionales. Asimismo, eran varones en un 82% de los casos y la causa principal de su ingreso fueron accidentes de tráfico y precipitaciones, circunstancia esta última más habitual en la UCI de Son Espases que en otras unidades del país a consecuencia del fenómeno del balconing que sufren las islas.

Aparte de las frías cifras, Homar subraya el "estrés" que supone trabajar con pacientes cuya patología no solo es muy compleja sino que también la endurece el hecho de la extrema juventud de los afectados.

"El balconing da mucha rabia porque se trata de jóvenes muy jóvenes que verán truncada su existencia por un accidente muy estúpido", recalca este especialista que revela además que son formados para dar estas malas noticias a los familiares de los afectados. "Pese a la dificultad idiomática, te das cuenta de lo que quieren saber sus padres y de su reacción cuando les comunicas que su hijo probablemente fallecerá a las pocas horas o quedará con importantes secuelas", lamenta estos malos tragos Homar antes de recordar también los buenos momentos que suponen la visita de una persona que se ha recuperado: "Generalmente recuerdas mejor a los familiares que al propio paciente, que suele estar muy depauperado y suele ser trasladado a su país de origen antes de que concluya el tratamiento, pero siempre se agradece que vengan a verte", concluye el intensivista.

Para desincentivar este tipo de actitudes, estos especialistas recuerdan varias anécdotas. Como la patética situación que le tocó a la cirujana Elena Rocandio al atender a un paciente precipitado ataviado con un disfraz de spiderman. O la del coordinador del 061 Pedro Montero, que resalta lo triste que debe resultar que, a las dos horas de pisar Mallorca, ya te hayas quedado tetrapléjico para toda tu vida por lanzarte borracho a una piscina desde la terraza de tu habitación.

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