"En Punta Ballena no se ha actuado con la debida contundencia". El consejero delegado de Meliá Hotels avisó hace un año de que si no se tomaban decisiones drásticas acabaría pasando lo que finalmente pasó en verano, y ayer repetía mensaje, investido de la razón que dan los hechos, y a la vez, preocupado por sus negocios en la zona. "La apuesta que hemos hecho por la zona es incondicional. Este año teníamos pensado invertir otros 25 millones [ya han puesto 83], que no es que estén supeditados, pero nos gustaría recibir el confort por parte de la administración de que se va a ser contundente atacando el problema. Lo que exigimos es que se cumpla con la ley, que haya los aforos que permite la ley, y se cumplan los horarios y no haya trato de favor para algunos. Hay mucha preocupación, hemos hablado con los touroperadores para hacer un frente común. El bien de Magaluf es bueno para todos, hoteleros, touroperadores y vecinos. Creo que es necesario que se movilicen también los ciudadanos de Magaluf. Dudo que sea el modelo de desarrollo que quieren, con empresarios que apuestan por un modelo totalmente caduco y sin sentido".