Del total de suelo vacante existente en Balears, la inmensa mayoría corresponde al destinado a uso residencial, con 3.265 hectáreas, lo que supone el 83% del total. En cambio, las reservas para uso turístico se limitan a 176 hectáreas. También hay 432 en las que está contemplado tanto el uso residencial como el de carácter turístico, y 75 en el que éste no viene especificado.

Por islas, Mallorca es la que muestra el menor peso de los terrenos destinados al alojamiento de los visitantes, mientras que en el extremo opuesto aparece Formentera, en la que más de la mitad de las reservas tienen un carácter turístico o en el que conviven ambos usos.