"Se acaba un ciclo". Jaume Font eligió esta frase para sintetizar ayer la dimisión por sorpresa de todos sus cargos –diputado en el Parlamento autonómico y conseller en el Consell de Mallorca– y su baja del Partido Popular, desatando una auténtica tormenta dentro y fuera. Eludió anunciar que abre otro, puesto que no tiene previsto abandonar la política, y de hecho baraja crear una nueva formación de centro y regionalista. Salvando las distancias, una especie de Convergència i Unió a la mallorquina.

El pobler aseguró que "no era feliz" en su partido de tantos años, y ha priorizado "poder dormir tranquilo". La consecuencia más importante de la salida de Font es que obliga al presidente del PP balear, José Ramón Bauzá, a entrar –muy su pesar– en el Parlamento autonómico, ocupando el escaño que el pobler deja vacante. Eso sí, Bauzá dejó claro que no asumirá la portavocía de su grupo, que continuará estando en manos de Antoni Pastor. La negativa de Bauzá a liderar la oposición parlamentaria desató la algarabía en la izquierda, que ve un flanco abierto para desgastarle electoralmente por su "miedo a debatir".

Para argumentar su marcha ante los periodistas dijo que "no es una decisión tan fácil como puede parecer, no es una calentura de cabeza, sino fruto de la reflexión profunda de muchos días y muchas noches". En una declaración con todas las palabras calculadas, Font evitó dar un portazo –"mi total y absoluto respeto al PP"–, pero dejó claro que "no queda más remedio que ser consecuente con la gente que te votó bajo unas siglas". Añadió: "Si no estás convencido de lo que estás haciendo, de que estás en el espacio que toca... yo lo que tengo que hacer por respeto a esas personas que me votaron, y al partido lógicamente que me puso en las listas, es renunciar a mis cargos, y a la vez también al PP".

El ya ex militante ´popular´ recordó que cuando renunció a seguir como portavoz de su partido en el Consell, y posteriormente, en noviembre, se levantó su imputación judicial, dijo que estaría "vigilante" al devenir del partido, refiriéndose veladamente al escoramiento a la derecha que a su juicio timonea Bauzá: "Han pasado 90 días, y las cosas siguen allí donde estaban, pero como yo no estoy de acuerdo con lo que pasa, no quiero ocupar un cargo pensando que éste no es el camino por el que hay que ir".

Font se toma ahora oficialmente "una semana para reflexionar", pero fuentes de su entorno aseguran que "ya lo tiene todo pensado, solo le falta un empujón".

El histórico miembro del PP –se afilió en 1991 y lo ha sido casi todo en el partido– no complació a los periodistas, que le acosaban sobre su futuro –"yo hoy dejo el PP, no he venido para presentar nada", se escabullió–, pero quedó sobradamente claro que deja la puerta abierta a nuevas aventuras políticas. Solo disipó que no dará el salto a Unió Mallorquina, al estilo de lo hecho por Miquel Munar: "Ya dije en noviembre que no iría a UM". Lo cual no implica que no vaya con UM. Según sus allegados, la opción preferida por Font sería crear un nuevo partido que absorbiera a UM de cara a las próximas elecciones, aprovechando la estructura municipalista de dicha formación. De hecho, varios dirigentes de UM son partidarios de eliminar las actuales siglas, lastradas por la corrupción, aunque el cambio de nombre también encontraría resistencia.

Sa Pobla y Campos

En sa Pobla, donde Font tiene un peso clave en el PP, la junta local está dividida entre sus leales y los partidarios de Bauzá. Los primeros podrían resucitar ahora Convergència Poblera, el primer partido en el que militó Jaume Font, y él mismo presentarse a las listas municipales e ir juntos con UM.

De todas maneras, también existen obstáculos. Los flirteos de Font con el ex alcalde de Campos, Guillem Ginard, que abandonó UM por discrepancias, hacen inviable hoy por hoy la suma de su nuevo partido, +Acció, a un proyecto en el que también participe la actual dirección de UM, que nada quiere saber de Ginard. Otro handicap importante es la inminencia de los comicios: ¿Tres meses son suficientes para poner en marcha un nuevo partido? Es la gran incógnita. Pero también es verdad que algunos empresarios ya habrían insinuado su apoyo a una propuesta de centroderecha regionalista. En pocos días se despejarán los interrogantes.