Como lo leen: Mallorca se quedaría sin aeropuerto durante horas si a la niebla le diese por aparecer por la noche sobre las pistas. ¿La razón? Falta de personal. Según denuncian desde el sindicato de controladores (USCA, que agrupa al 98% del colectivo), la programación que ha hecho el aeropuerto para noviembre deja a Son Sant Joan sin capacidad de maniobra en caso de niebla. "Para manejar el dispositivo de baja visibilidad (LVP, por sus siglas en inglés) hace falta que estén cubiertas cuatro posiciones y que haya un supervisor. Pues bien, eso se hace durante los turnos de mañana y tarde, pero no durante la noche, cuando hay solo tres personas. Así que una de las posiciones se queda sin cubrir, por lo que sería imposible activar el LVP y habría que cerrar el aeropuerto", aclaran desde el sindicato USCA, en una versión que confirman posteriormente en otras fuentes de la torre de control y de los servicios técnicos.

El resultado de esa carencia de personal es que el aeropuerto únicamente estaría en condiciones de operar vuelos en situación de emergencia. ¿Y ha pasado algo hasta ahora en noviembre? "Pues no. Pero crucemos los dedos, porque la situación se pone muy difícil cuando hay niebla, habitual en noviembre. Por fortuna para los próximos días dan borrasca, que descartaría nieblas prolongadas, por lo que podríamos librarnos de tener un problema importante", confirma un especialista de balizamiento del aeropuerto de Palma, que asegura que tanto la dirección del aeropuerto como los responsables de seguridad están informados de los riesgos.

Tan advertidos están que, además de los avisos de los técnicos, el sindicato de controladores USCA remitió a principios de octubre al director regional de Navegación Aérea una carta en la que le avisaba del grave error en la planificación de noviembre. En la misiva le recuerdan que son precisos cuatro controladores pero solo se ha programado la presencia de tres y le preguntan por qué se empeña "en reducir peligrosamente las dotaciones de la torre de control de Palma (...), obviando toda la normativa de seguridad al respecto". "Es una irresponsabilidad pretender que se reduzcan las dotaciones sin el preceptivo estudio de seguridad", insiste el sindicato, que invita al director regional de Navegación Aérea a hacer memoria sobre lo ocurrido el 22 de agosto: aquel día, una niebla intensa en Palma colapsó Eivissa y Menorca, obligando a derivar los vuelos a Barcelona o Valencia. El hecho, del que nunca llegó a informar AENA, supuso un riesgo grave, según los controladores: "Algunas compañías operan sin combustible suficiente para alcanzar destinos alternativos en caso de cierre de Palma". Por ello, el sindicato advierte a los gestores del aeropuerto de que pueden ser "responsables de una imprudencia" que podría originar "una catástrofe". Precedentes hay: en Milán murieron 115 personas por una incidencia en 2001 con niebla intensa, tras dos años sin reparar el radar de superficie que ha llevado a la cárcel a gestores del aeropuerto. También hubo casos trágicos en España. El más recordado es el del aeropuerto de Tenerife Norte, antiguo Los Rodeos, cuyo nombre cambió en 1977 tras un accidente causado por la niebla y la mala gestión que segó 583 vidas. Lo mismo sucedió en Madrid en 1983, en un 7 de diciembre de brumas que pasó a la historia por la muerte de 93 personas. De ahíq ue los controladores pidan al aeropuerto que se tome en serio un déficit de seguridad que amenaza tragedia: "Con esto no se juega".