La visión contemporánea y más radical de Jesucristo llegará a Mallorca la próxima semana de la mano del sacerdote vasco José Antonio Pagola, el ya célebre autor de Jesús. Aproximación histórica. El número dos de José María Setién en la diócesis de San Sebastián vendió 40 mil ejemplares de su libro en dos meses, antes de que la Conferencia Episcopal tomara cartas en el asunto y la obra fuera retirada de las librerías eclesiásticas y diocesanas por la propia editorial católica que lo publicó. El profesor de teología ofrecerá tres conferencias en el Gran Hotel, dentro de un ciclo organizado por Creients i Feministes. A su juicio, la Iglesia dista de seguir el mensaje de su fundador.

–¿Se considera usted una víctima, por las reacciones en su contra que ha propiciado ´Jesús. Aproximación histórica´?

–No. En mi libro sobre Jesús lo presento como "conflictivo y peligroso". Ahora he podido comprobar en mi propia carne que lo fue y lo será siempre. Cuando se conocen sus palabras de fuego, su libertad para defender a las personas, su proyecto de una sociedad al servicio de los últimos o su crítica a una religión vacía de compasión. Jesús genera reacciones encontradas de atracción o de rechazo. Creo que, en buena parte, mi libro ha suscitado inquietud cuando se ha captado que Jesús puede ser un desafío peligroso para la Iglesia actual, tal como de ordinario la entendemos, la vivimos y la organizamos hoy.

–¿Jesucristo era más hombre que Dios?

–Probablemente nadie ha ejercido un poder tan grande sobre los corazones como Jesús, nadie ha expresado como él las inquietudes e interrogantes del ser humano, nadie ha despertado tantas esperanzas. Todavía hoy, cuando las ideologías y religiones experimentan una crisis profunda, Jesús sigue alimentando la fe de millones de hombres y mujeres. ¿Por qué? ¿Dónde está el secreto de ese poder de atracción? Los cristianos pensamos que Jesús es tan plenamente humano que no es como nosotros. Leonardo Boff decía que "tan humano sólo puede ser Dios". Nosotros creemos que en este hombre, en sus palabras, en sus gestos y en su vida entera nos estamos encontrando con Dios como en ningún otro lugar. Para mí, Jesús es Dios hablándonos, acompañándonos y salvándonos desde este hombre entrañable.

–¿El nombramiento del obispo José Ignacio Munilla al frente de su diócesis de San Sebastián constituye un desafío de Rouco a la Iglesia nacional vasca?

–Seguramente, en este tipo de nombramientos siempre se tendrán en cuenta los aspectos políticos. Pero es un error analizar lo ocurrido en San Sebastián desde unas claves exclusivamente políticas. Pienso, más bien, que lo que se vive en mi diócesis es, sobre todo, un conflicto eclesial que se está produciendo también en otras partes, como consecuencia de una confrontación entre dos modelos de Iglesia o dos sensibilidades sobre el contenido y significado del Vaticano II o sobre el quehacer de la Iglesia en la sociedad secularizada. Lo lamentable es que, por lo general, nuestras mutuas descalificaciones no nos están conduciendo hacia una Iglesia más fiel a Jesús y a su proyecto.

–¿Leerá el libro de Stephen Hawking, para rebatir la opinión del científico sobre Dios?

–No. Siempre me han interesado los trabajos de Hawking sobre astronomía, pero no sus conjeturas sobre Dios. Lo que ha afirmado Hawking no es ninguna novedad. Entre los expertos en el diálogo fe-ciencia la posición más generalizada es que ni las religiones pueden probar la existencia de Dios, ni las ciencias pueden probar su no existencia. Ante el misterio último de la realidad sólo es posible una actitud de fe positiva o negativa. Los creyentes creen que hay Dios pero no lo pueden probar, los ateos creen que no hay pero tampoco lo pueden probar. A veces parece que el hombre moderno ha decidido que lo que el ser humano no puede probar científicamente, no existe. Sin embargo, esta conclusión no puede ser probada científicamente.

–¿Dios es necesario?

–Dios no es necesario para ganar dinero, adquirir poder o lograr bienestar. Tampoco para dispensarnos del mal, del sufrimiento o las desgracias de la vida. Dios nos sirve a los creyentes para enfrentarnos con una luz, un estímulo y un horizonte nuevo a la dureza de la vida y al misterio de la muerte. El Dios revelado en Jesús me sirve a mí para vivir, amar y trabajar por una vida más humana, para tratar de ser humano como Jesús, para defender mi libertad y no terminar esclavo de cualquier ídolo, para seguir buscando la verdad última de la vida, para no perder la esperanza en el ser humano, para no vivir a medias, para no sentirme nunca solo o incomprendido, para sentirme perdonado y renovado interiormente, para tener paciencia conmigo mismo.

–¿No son aquellos tiempos demasiado oscuros para hablar en propiedad de una "aproximación histórica" a la vida de Jesús?

–No es posible escribir una biografía de Jesús en el sentido moderno de esta palabra. Sin embargo, la investigación desarrollada en la época moderna –en papirología, crítica textual, análisis de géneros literarios, excavaciones y descubrimientos arqueológicos, aplicación de las ciencias sociales, antropología cultural– nos permiten aproximarnos al perfil de su persona, los rasgos básicos de su actuación, las líneas de fuerza y el contenido esencial de su mensaje, la atracción que despertó en sus seguidores y la hostilidad que generó entre los dirigentes religiosos. Si excluimos a Pablo de Tarso y Flavio Josefo, Jesús es la figura judía mejor conocida de su tiempo.

–¿Le gustaría mantener un debate abierto con Benedicto XVI sobre los contenidos de su libro?

–Me gustaría que en Roma se escucharan las diversas corrientes teológicas existentes hoy en el seno la Iglesia –no sólo en Europa– pero, sobre todo, me alegraría que la jerarquía se atreviera a liderar un movimiento de conversión a Jesucristo y a su proyecto del reino de Dios. Nada hay más urgente que esto en la Iglesia de hoy.

–Ante la mujer, ¿tomaría Jesús las mismas decisiones que sus sucesores vaticanos?

–Jesús critica una sociedad patriarcal que establece el dominio y el poder del varón sobre la mujer, Dios no bendice estructuras que generan superioridad del varón y sumisión de la mujer. Jesús concibe su movimiento de seguidores y seguidoras como "un espacio sin dominación masculina". Esta actuación de Jesús nos está exigiendo hoy una revisión profunda de la situación injusta de la mujer en la Iglesia y en la sociedad, una toma de conciencia más viva de nuestra infidelidad a Jesús y un proceso valiente de renovación orientado a que la mujer pueda disfrutar de su dignidad, sus derechos y su protagonismo, sin ser minusvalorada ni excluida por su condición de mujer.

–¿Jesucristo acabó en una fosa común, como los desaparecidos de la guerra civil española?

–No. Históricamente es muy poco probable. Esta hipótesis del norteamericano John Dominic Crossan no encuentra apenas aceptación entre los especialistas.

–Incluso sus críticos más acerbos se han rendido ante el brillante estilo literario de ´Jesús´.

–No lo sé. Lo que a mí me llena de alegría es comprobar que muchas personas que leen mi libro sienten a Jesús más vivo y cercano, descubren a Dios de manera nueva, encuentran un sentido diferente a su vida, se despierta en ellos el deseo de una vida más humana. Estos lectores encuentran en mi libro algo que yo no he puesto. Creo sencillamente que Jesús está vivo y sigue actuando en los corazones.

–¿Pensó alguna vez que se convertiría en un superventas?

–Nunca. De ordinario, el éxito de un libro se mide en esta sociedad por el número de ejemplares vendidos. Yo no lo creo así. De El código da Vinci de Dan Brown se han vendido millones de copias, pero yo lo considero un fracaso, pues no introduce verdad ni esperanza, no acerca al misterio de Jesús, no ayuda a vivir de manera más humana.

–¿Abundan las contradicciones en el discurso que se pone en labios de Jesús en los cuatro evangelios?

–Los evangelios no son relatos biográficos redactados para ofrecer información precisa de carácter histórico. Son relatos en los que, de forma variada y matizada por cada evangelista, se recoge la "memoria de Jesús" tal como era recordado con amor y con fe por los que estuvieron más cerca de él. Para aproximarnos al contenido histórico que conservan sobre Jesús es necesario contrastarlos, analizar los géneros literarios que emplean, los procedimientos narrativos, el vocabulario propio de cada evangelista, el contexto en el que se redacta cada evangelio.

–¿Jesucristo expulsaría a los mercaderes del Vaticano?

–No hay que esperar a que vuelva Jesús. Desde los millones de hambrientos y desnutridos de la tierra, desde los pobres olvidados por las religiones, desde las mujeres humilladas en todos los pueblos, Jesús nos está gritando ahora mismo a los dirigentes del Vaticano y a todos los que nos decimos cristianos a que expulsemos de la Iglesia riquezas, poderes, grandezas o intereses que ocultan su mensaje de esperanza. Esos obstáculos nos impiden trabajar por un mundo donde los últimos empiecen a ser los primeros en nuestra atención.

–¿Se puede seguir a Jesús sin seguir a su Iglesia?

–En estos momentos yo no encuentro otra manera mejor de seguir a Jesús que viviendo en esta Iglesia, pero no de cualquier manera, sino esforzándome por convertirme yo mismo al Evangelio y trabajando por alentar en ella un clima de conversión a Jesús.

–¿La crisis económica que tanto nos ocupa provocará un renacimiento de la espiritualidad?

–No lo sé. En estos momentos, observo que el deseo de espiritualidad se despierta sobre todo en personas que experimentan con fuerza el vacío existencial, el sinsentido de su vida, el hartazgo de bienestar. No es fácil vivir una vida que no apunta hacia ninguna meta. Tampoco basta con pasarlo bien.

–¿Qué saca un no creyente de la lectura de su libro?

–He recibido muchos cientos de cartas y escritos de lectores no creyentes. La mayoría me dicen que se han encontrado con un Jesús que ni siquiera sospechaban. Algunos se han sentido llamados a replantearse su vida con más verdad y honestidad. Bastantes se han sentido liberados de miedos y fantasmas religiosos que les han hecho sufrir mucho, a pesar de haberse distanciado de la Iglesia. Sobre todo me agradecen que si Dios es tal como aparece en Jesús. Una aproximación histórica, tal vez les comprenda a ellos. Bastantes quedan conmovidos por un Dios amigo que ama con amor increíble e inmerecido a todos sus hijos. Algunos dicen: "Ojalá exista ese Dios". Bastantes se animan a trabajar por un mundo más humano y justo. En muchas cartas se dice: "¿Por qué no pude yo conocer a este Jesús hace años? Seguramente, mi vida hubiera sido diferente".

–¿El Islam también es la religión verdadera?

–El Islam es el camino por el que nuestros hermanos musulmanes buscan encontrarse con el misterio de Dios. Los cristianos podemos descubrir en ellos valores que nos pueden estimular a vivir con más fidelidad el seguimiento a Jesús. Entre los más sobresalientes, nos aportan la compasión, la hospitalidad, la acogida.

–Estudió usted en Jerusalén, ¿cuál es la solución para Oriente Medio?

–Seguramente, la solución técnica para una convivencia pacífica y estable entre Israel y el pueblo palestino está en manos de Estados Unidos. Pero creo que se ha de promover una intensa política educativa y de opinión, para desactivar el fanatismo de los sectores más radicales y para hacer creíble la convivencia entre ambos.