"Hace quince años Mallorca pagaba mucho más por los fletes de las navieras", recuerda un transportista veterano, que resume en dos frases lo que ocurrió después: "Apareció Iscomar y los precios cayeron a mínimos. Desapareció Iscomar y estamos en un mercado con solo dos operadores que también sufren la crisis y compiten lo mínimo". El resultado está a la vista: la diferencia entre trasladar un contenedor de 12 metros con una naviera o hacerlo con otra raramente supera el 5%. ¿Significa eso que Acciona y Balearia pactan los precios? Depende de quien responda. Lo niegan las navieras y lo descartan en el Puerto y en instituciones ligadas al empresariado: "Solo han adaptado las tarifas a los costes reales. Están sufriendo esta crisis, así que es injusto decir que se reparten el botín, cuando no hay botín", argumenta tajante Joan Gual, presidente de la institución que más de cerca sigue la evolución portuaria: la Cámara de Comercio. Pero la respuesta cambia radicalmente si se le pregunta a sindicatos, empresarios de transporte, partidos como UPyD e instituciones como el Consell de Eivissa, que ya investiga la falta de competencia y habla abiertamente de pactos en los precios.

Respaldan sus afirmaciones con datos. Los más contundentes los ofrece UPyD y los confirman en empresas de Mallorca: el mismo contenedor de seis metros de longitud por el que los transportistas pagaban en 2006 alrededor de 475 euros sale hoy por alrededor de 1.000 (las tarifas exactas varían en función del volumen que mueva cada empresa y de detalles técnicos como el combustible o el tipo de enganche que se emplea). El salto cuantitativo es así notable: cuesta el doble que hace cinco años traer a Mallorca un contenedor de igual volumen. Aunque hay matices de trazo grueso que explican esa subida. "En 2006 los contenedores venían sueltos, pero cambió el sistema. Dejó de haber grúas y se optó por un modelo en el que cada contenedor trae sus ruedas. ¿Qué supone eso? Pues por un lado, crece el coste: los contenedores ya no se pueden apilar, así que llegan menos por barco. Salen más caros. Por otro, las navieras reducen costes: con las ruedas dedican menos a pagar estibadores, pero a cambio los transportistas tenemos que poner conductores que muevan esos contenedores. Se quitan un gasto que nos endosan a nosotros", aclara Ricardo Saleta, responsable de la empresa Transmar, que hasta que Iscomar se fue a pique trabajaba con ella. ¿Ha notado un cambio de precios? "Nosotros no, pero hay empresas más pequeñas que tienen situaciones diferentes".

A ellas se refiere el gerente de la Federación de Empresas de Transporte de Balears, que tira de humor para explicar la situación: "Es difícil saber si pactan precios o no, porque a cada uno le aplican una fórmula distinta con criterios que solo ellas manejan", abunda, antes de explicar el auténtico drama de un sector que en su federación cuenta con 3.000 empresas: "Los transportistas no pueden repercutir las subidas de precios de las navieras, porque en nuestro caso la competencia sí es grande, y el que lo hace pierde los clientes". También pierde competitividad Mallorca, que según UPyD sufre la marcha de empresas por el ´efecto naviera´. Aunque en la Cámara de Comercio no creen que la situación sea tan dramática: mientras la directora de estudios, Cati Barceló, esboza como razones de la caída de mercancías factores ligados a la crisis, como la pérdida de clientes extranjeros y la aparición de nuevos mercados, el presidente de la institución alude a los efectos perniciosos de la "falta de sensibilidad en Madrid y en la UE con los handicaps de la insularidad". "Por ahí perdemos competitividad, más que por unas navieras que hacen lo que pueden en una situación dura para ellas".