Más de seis horas duró ayer la declaración del ex president Matas ante el juez Castro, que se suspendió anoche y esta mañana se reanudará. Ayer no hubo tiempo material para interrogar a Matas de todas las cuestiones por las que tiene que responder. De hecho, sólo explicó su versión sobre el domicilio de Madrid, del apartamento de la Colònia de Sant Jordi y, sobre todo, de su intervención en el desarrollo de la construcción del velódromo Palma Arena, cuyo coste final prácticamente dobló el presupuesto inicial.

Sobre su intervención en el proyecto, Matas tiró balones fuera y, aunque afirmó varias veces que "asumía la responsabilidad política", responsabilizó del sobrecoste a sus subordinados en la estructura del Govern. Incluso fue mucho más lejos. Acusó directamente al ex director general de Deportes, Pepote Ballester, de ser el responsable de todas las decisiones políticas y técnicas que se tomaron durante el proceso de construcción y, por tanto, también de que el presupuesto se disparara. "El presidente del Govern no está para según qué cosas", repitió varias veces para justificar que no siguiera el día a día del desarrollo de las obras.

Matas negó que hubiera recibido sobornos de este proyecto, y consideró "normal" que el coste fuera más alto de lo inicialmente previsto, entre otras cosas, "porque hubo un cambio de presupuesto".

Durante el largo interrogatorio que se realizó ayer tarde, que se reanudó tras una breve pausa para comer, a Matas se le fue mostrando cada una de las actas que se fueron redactando en la fundación Illesport y que correspondían a las reuniones que se mantuvieron durante el proceso de construcción. En muchas de estas actas aparece el nombre y la firma del ex president, por lo que teóricamente asistió a dichas reuniones y después colocó su rúbrica. Sin embargo, Matas no reconoció ayer ninguna de las firmas de dichas actas. Explicó que estaban muy borrosas y no las podía reconocer. Aclaró que sólo asistió a la primera de las reuniones, en la que se creó formalmente el consorcio que se encargaría de impulsar la construcción del velódromo. Al no reconocer el resto de firmas, Matas insinuó que habían sido falsificadas y, sin acusar a nadie, indicó que él era el primer interesado en conocer lo que había ocurrido con estas actas.

También se le preguntó sobre la actuación de Pepote Ballester, a quien hace poco le han diagnosticado una grave enfermedad. Matas lo calificó de "ministro de deportes" y explicó que tenía autoridad para tomar todas las decisiones que considerara necesarias para que el proyecto saliera adelante. Negó, por tanto, que tuviera una intervención personal en el desarrollo de las obras, desmintiendo a sus colaboradores más estrechos que han afirmado ante el juez que el ex president se implicó en el proyecto. Sin embargo, Matas reconoció que había dado órdenes a sus colaboradores para que se utilizaran todos los medios humanos, técnicos y económicos para que el velódromo se construyera a tiempo.

Sobre la contratación del arquitecto alemán Schurman, Matas dijo que lo propuso Pepote aconsejado por la UCI, pero negó que lo hubiera invitado a su casa. "Que diga dónde vivo", indicó.