Maria Antònia Munar frunce la boca y aplaude con desgana el final del discurso de Ramón Socías por el Día de la Constitución. Sentada impecable en el salón del Palacio de la Almudaina en el que se celebra el acto institucional, mantiene la compostura ante la arremetida del delegado del Gobierno contra los uemitas. Al acabar el acto, se aleja de los periodistas: "Yo no soy la portavoz del partido, así que nada que decir", son las únicas palabras de la presidenta del Parlament y presidenta de honor de UM antes de dirigirse velozmente hacia la terraza de La Almudaina en la que se sirve el cóctel. Ahí, busca la compañía de los dirigentes socialistas, quizá ante la escueta representación de los de su partido, que tampoco permanecen mucho tiempo en el acto social. Dolça Mulet aguanta un poco más, pero Miquel Ferrer (UM), primer edil de Alcúdia, se marcha en seguida. Ferrer fue ayer uno de los alcaldes elegidos para leer un artículo de la Constitución, a los que se sumaron Amy Christiansen, agente consular de Estados Unidos; Michel Magnier-Díez, cónsul honorario de Francia; Wolfgang Wiesner, cónsul de Alemania, y Esteban Mas Portell, vicecónsul del Reino Unido, quienes leyeron artículos de los textos constitucionales de estos países.

El aire institucional no borra el ambiente que se respira y las miradas que se cruzan con la crisis política como protagonista de fondo. El popular Antoni Pastor no se separa de su líder José Ramón Bauzá, vigilante con sus declaraciones, de modo que José María Rodríguez puede irse tranquilo. Por el lado del Pacto, Francesc Antich imita a Munar y elude las declaraciones a los medios de comunicación, mientras procura mantenerse cerca de los suyos, entre ellos Francina Armengol. La que no pierde el sentido del humor es Aina Calvo: "Voy a pedirte que me defiendas", bromea la alcaldesa con el Defensor de la Ciudadanía de Palma, Miquel Lladó.

El resto de los presentes observan entre canapé y canapé. El obispo Jesús Murgui, la rectora de la UIB, Monserrat Casas, el presidente del TSJB, Antoni Terrassa o la presidenta del Consell Consultiu, Carmen Fernández, son algunos de los que se sumaron a la celebración junto autoridades civiles, militares y dos invitados especiales: Antoni Salvá y Montse Lezaun, padres del guardia civil Diego Salvà, asesinado por ETA.